Casualmente, aunque por razones distintas, un mínimo de tres equipos cambiarán presidentes en la pelota dominicana.

Casi nunca un campeón cambia su primer ejecutivo, Luis Manuel Bonetti recesa en el Escogido por un acuerdo de familias.

Fernando Ravelo cumplió su período en el Licey, donde el 15 de mayo Miguel Guerra y Josín Busto se disputarán “la ñoña”.

Francisco Micheli renunció a la presidencia de los Toros del Este y ha dicho que ahora verá los juegos con menos presión.

Winston Llenas debe ser reelecto en los próximos días y es un ejecutivo sólido, ganador en todas las instancias del equipo.

José Manuel Mallén va a su cuarta campaña al frente de las Estrellas y da lo que no tiene por romper la sequía de 45 años.

José Duarte, relativamente nuevo, va a su tercera temporada y busca que los Gigantes estrenen una corona en sus manos.

Cierta cercanía con Micheli me induce a saber que fue un presidente que sin descuidar su labor administrativa también tenía mucha presencia en los estadios, el terreno, los camerinos, la Liga, haciendo su labor con pasión, ética y entusiasmo.

Once años al frente del club, siete visitas a postemporada y una corona (2011), definitivamente, es un buen palmarés.