Aversión: rechazo o desagrado a algo o alguien. El trastorno de aversión sexual pertenece a los trastornos del deseo sexual. Se caracteriza generalmente por el rechazo o la repugnancia al contacto sexual genital y en algunas personas pueden sentir rechazo a todo contacto incluyendo caricias o besos.
No tiene que ver con la atracción o el amor. La persona con este trastorno puede amar mucho a su pareja, más, al momento del contacto físico, la rechaza.
Quién lo sufre, siente mucho miedo y ansiedad extrema. Su pareja se irrita al sentirse rechazado, lo que genera discusiones, tensión en la relación, distanciamiento y hasta otras disfunciones sexuales en ambos miembros.
El que sufre el trastorno con frecuencia no lo conversa con su pareja y toma medidas para no acercarse a la intimidad física como atender más de la cuenta las actividades familiares o sociales, a los hijos, acostándose primero o mucho después de su pareja, inventando trastornos de enfermedades, descuidando su higiene o aspecto físico con la finalidad de desmotivar a su compañero sentimental.
Todo esto lo provoca el miedo y la ansiedad con la que viven.
Las causas pueden ser: el abuso sexual infantil o en la adolescencia, agresiones, violaciones sexuales, exposición a violencia sexual, presión de la pareja a iniciar una relación sexual no deseada, trauma en su primer encuentro coital, trastornos de identidad sexual, temas de religiosidad y en algunos casos personas muy tímidas con una férrea educación. Se puede trabajar con psicoterapia individual y terapia sexual obteniendo buenos resultados.