El trasplante de riñón reduce el riesgo cardiovascular en pacientes con enfermedad renal en etapa terminal, según estudios presentados en un curso de Trasplante Renal.
Cuando una persona sufre de insuficiencia renal crónica es porque sus riñones no funcionan como es debido, y esa pérdida de función es progresiva e irreversible.
El riñón tiene aproximadamente el tamaño de un puño cerrado, el par de riñones se localiza en la parte inferior de la cavidad torácica.
Los riñones son los responsables de filtrar y absorber el agua y las sales minerales que ingerimos y se encargan de la producción de orina, por lo que se les consideran los órganos más importantes del sistema urinario. Cuando pierden parte de su función en el organismo sucede la enfermedad renal crónica.
La deficiencia de funciones de los riñones no da síntomas hasta que está muy avanzado el deterioro del preciado órgano.
Llegando a etapas terminales en los que los pacientes solo tienen dos opciones para sobrevivir: diálisis o trasplante.
Muchos no saben que existe una estrecha relación entre la salud cardiovascular y los problemas renales, y las enfermedades cardiovasculares aumentan el riesgo de muerte en trasplantados del riñón o con insuficiencia renal terminal.
El especialista
Así lo explica el nefrólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, España, especializado en trasplante de riñón, doctor Enrique Morales, quien expuso en una jornada de actualización celebrada por el Cedimat.
El 35 por ciento de las muertes en enfermos renales son por causa cardiaca, según la Organización Nacional de Trasplante de España, presentado por el investigador y profesor universitario.
Aunque se ha mejorado la supervivencia del paciente y del órgano trasplantado, la mortalidad de origen cardiovascular de los pacientes renales no se ha reducido en la misma medida. Muchos factores de riesgo cardiovascular persisten después del trasplante.
“Si queremos mejorar los resultados del trasplante, un punto importante para actuar es el control de los factores de riesgo cardiovascular”, afirma el autor de varios trabajos de investigación sobre enfermedades de los riñones.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo cardiovascular son el tabaquismo postrasplante, desórdenes del colesterol, hipertensión arterial y enfermedad renal crónica.
Es vital llevar rigurosos cuidados y controles en personas trasplantadas de riñón.
Parte de las medidas para la protección cardiovascular de los enfermos renales es reducir la ingesta de sal, normalizar el peso y dejar de fumar son parte de las medidas.
Un trasplante de riñón puede tener efectos beneficiosos en los pacientes renales con enfermedades cardiovasculares; con el trasplante oportuno se reduce el riesgo cardiovascular en personas con enfermedad renal en etapa terminal.