British Prime Minister Theresa May speaks during a joint press conference with Turkey's Prime Minister Binali Yildirim (not pictured) in Ankara on January 28, 2017. British Prime Minister Theresa May on January 28 refused to condemn an order by US President Donald Trump suspending refugee arrivals, saying Washington was responsible for its own refugee policy. "The United States is responsible for the United States' policy on refugees. The United Kingdom is responsible for the United Kingdom's policy on refugees," May said at a news conference in Ankara, after being repeatedly pressed to give her opinion on Trump's executive order. / AFP / Adem ALTAN
El Brexit significará que el Reino Unido ya no pagará “enormes sumas” a la UE, pero podría hacer “un aporte apropiado” para participar en ciertos programas, dijo la primera ministra del Reino Unido, Theresa May en enero.
Ivan Rogers, exrepresentante británico ante la UE, dijo que la salida podría costar hasta 60,000 millones de euros (US$63,000 millones).
El Centro para la Reforma Europea dice que podría ser incluso mayor: 73,000 millones de euros. Es probable que se regatee la factura de salida y el monto que Reino Unido esté dispuesto a pagar.
Es un cálculo político delicado para May, porque partidarios del Brexit durante la campaña, como Boris Johnson, prometieron devolver “350 millones de libras a la semana” que dijeron se pagaba a la UE.
Reino Unido abandonará el régimen arancelario y la política comercial de la unión aduanera de la UE para forjar sus propios acuerdos de libre comercio con países fuera de Europa.
Con sus exsocios comerciales de la UE, May quiere mantener los beneficios de un movimiento “sin fricción” de bienes a través de las fronteras en un nuevo “acuerdo aduanero” sui generis que evite distorsionar las cadenas de suministro para las empresas.