En una oportunidad escuché a Gloria Ceballos hablando de las ondas tropicales y de los vientos alisios, que las empujan a través del océano Atlántico, en ocasiones desde la costa occidental de África. Me fascinó el dato, y lo que dijo a continuación: que detrás de las ondas llega hasta América la arenilla del desierto del Sahara.
El fin de semana pasado tuvimos una onda tropical sobre una parte del país que, en combinación con una vaguada, fue la causante de los torrentes de lluvia sobre el Gran Santo Domingo y Barahona, que tuvo unas inundaciones inusuales.
Hoy, de acuerdo con la información meteorológica, tendremos sobre nosotros un cielo grisáceo, consecuencia de la presencia en el área de una nube de arenilla procedente de África, en cumplimiento de aquella afirmación de la señora Ceballos, sobre la secuencia de los meteoros a los que sigue una nube de polvo.
Ceballos es la directora del Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet), una entidad de servicio que se ha hecho con la confianza de una población que la sigue, particularmente en los días en que tenemos anuncio de tormenta, lo mismo que para la Semana Santa, cuando la gente se aventura a las comunidades de provincias y a las playas, y quiere tener una idea de las condiciones del tiempo.
Al dominicano le ha tomado mucho hacer una cultura de atención a la información meteorológica. Y ahora que la tiene, es tiempo de que se le induzca a tomar decisiones informado de los efectos que pueden causar estos fenómenos en su vida si se establece, por ejemplo, en lugares que han sido robados a una laguna, un río o una cañada. Me pellizco y no me lo creo cada vez que desde el Indomet anuncian uno de estos fenómenos y me doy cuenta de que entiendo a los meteorólogos.
*Por Edimely Mejía