"Teteo" y ciencias sociales

«Teteo» y ciencias sociales

«Teteo» y ciencias sociales

Celedonio Jiménez

Las ciencias sociales analizan los hechos, buscando establecer las estructuras o las organizaciones sociales que influyen o afectan las formas de actuar de los individuos o grupos de individuos. Estas ciencias estudian el comportamiento cultural del ser humano al tiempo de concebir a éste como objeto y hacedor de historias.

En nuestra actual realidad de incidencia del Covid-19 las ciencias sociales deben preocuparse sobre el porqué de ciertas maneras de actuar de los seres humanos, como por ejemplo, las que se dan en torno al llamado fenómeno del “teteo”.

Para nosotros el “teteo”, que es el título de una canción reguetonera, implica un escenario en que se invita o induce a un accionar libre y desinhibido. Con él se entra a un mundo alucinógeno en que el participante está invitado a que “te” lo baile, “te” lo beba, “te” lo inhale, o “te” la goces” o “te” lo goces. Es una fiesta de “riendas sueltas”, sin control ni distanciamiento. Pero ¿Por qué del teteo en estos momentos de pandemia? Es, que luego de meses de encerramiento, de cansancio, abrir las compuertas desechando límites es una necesidad existencial para los participantes.

El “teteo’ está ligado a los profundos vacíos y discriminaciones de nuestra estructura educativa y cultural, a las deficiencias de muchas de nuestras instituciones sociales y económicas, las cuales generan un gran inconformismo en gran parte de nuestra juventud, más particularmente dentro de los estratos más populares de nuestra población, y está ligado al reducido respeto que muchos de nuestros jóvenes guardan a nuestras autoridades policiales, las que entienden incapaces de penetrar hasta ciertos linderos de barrios y a las que acusan de cobrar “peajes” allí donde sí pueden llegar.

Además de pensar que no sólo en el teteo no se guardan las distancias que el protocolo demanda, creen que su acción es un gesto de libertad y de justa rebeldía. A la vez de profundizar en este fenómeno y sus causas, las ciencias sociales están desafiadas a establecer el por qué los jóvenes dominicanos con tan alta frecuencia producen y utilizan términos y frases que no son del uso común, como por ejemplo, pámpara, vacano, pinta durísima, trucho, un chuky, guaremate y muchas otros.

Algunas de las fiestas del “teteo” incurren en violencia, pues como en ellas se consume alcohol y otras sustancias, varias de las mismas terminan en reyertas. La sociedad dominicana y sus instituciones (sociales, educativas, económicas, culturales, etc.) tienen la obligación de actuar para reorientar el comportamiento de muchos de nuestros jóvenes. Nuestros jóvenes “teteadores” tienen derecho a la diversión, pero con moderación y respeto, nuestros jóvenes tienen derecho a disfrutar la sexualidad, pero no considerando a la mujer como un objeto al que se debe dar “duro” sexualmente, nuestros jóvenes deben ser críticos del ejercicio político, pero no ajenos a él, en un país que demanda tantos avances y transformaciones.



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