Tensiones geoeconómicas en tiempos de crisis

Tensiones geoeconómicas en tiempos de crisis

Tensiones geoeconómicas en tiempos de crisis

Daris Javier Cuevas.

La historia de la economía mundial nos enseña que las consecuencias económicas de todo conflicto por el control territorial genera una crisis económica con presencia de un incremento en el desempleo, fruto de los desastres y las tensiones que surgen. Es por tal razón que cuando se producen tensiones geopolítico, esta va a la par con tensiones económicas.

Pero resulta que las tensiones geopolítica y geoeconómica tienen un efecto multiplicador letal, cuya máxima expresión es el deterioro de las relaciones económicas internacionales, observada básicamente en la dinámica del comercio exterior y la política comercial. En el empeoramiento de las relaciones comerciales no tan solo se quiebran los flujos comerciales a escala planetaria, sino que se perfora la arquitectura de la cooperación internacional y se potencializan los riesgos en la economía global y ambiental.

La vulnerabilidad a la que se exponen las empresas globales y los potenciales ataques cibernéticos, son factor de alta potencia que inciden de manera determinante en obstáculos para el progreso de la economía mundial. En adición, se abre un espacio peligroso para que se asista a una desestabilización planetaria a una velocidad inimaginable.

Los riesgos derivados de las tensiones geopolítica y geoeconómica representan un crimen humanitario y económico ya que los mismos contienen de manera inherente el uso de armas de destrucción masiva, se pierde el control de los mecanismos efectivos para la mitigación del cambio climático, perdida masiva de empleos y polariza a las potencias mundiales. Es por todo esto que el deterioro que se produce en el ambiente economico a escala global incrementa los riesgos en la economía mundial, frena el crecimiento económico y desfavorece el intercambio comercial, lo que en economía se interpreta como la tormenta perfecta.

Son múltiples las preocupaciones que están latentes entre los economistas por el aumento de las tensiones geopolítica y geoeconómica, que cualquier eventualidad tiende a derrumbar los avances y progresos alcanzado posterior a la segunda guerra mundial y el fin de la guerra fría. Tan delicada y deteriorado está el panorama geopolítico y geoeconómico mundial, que el solo hecho de plantearse una reconfiguración de las relaciones internacionales representa en sí mismo altos riesgos potenciales, dado los ataques cibernéticos que   podrían derivarse.

Bajo los enfoques planteados, se puede entender mucho mejor el conflicto entre Rusia, USA y Ucrania, en donde las dos grandes potencias nucleares han pasado al terreno de los hechos, y que puede terminar en un detonante bélico global de consecuencias catastróficas inimaginable. En efecto, con tan solo las amenazas entre ambas potencias, las principales bolsas de valores del mundo ya registran desplome, en tanto que, los precios de los comoditties registran alzas incontrolables, lo que en la realidad se traduce en una contracción del comercio y el crecimiento del PIB global en el corto plazo.

A la Luz de la razón, se trata de un entorno en que el crecimiento y el comercio mundial están dentro de la línea de víctimas por los riesgos a que están expuestos por las tensiones geopolítica y geoeconómica. Para interpretar la gravedad de la situación, solo basta con saber que Europa tiene una alta dependencia del petróleo que produce Rusia por el orden de un 35% y 32% de gas, lo que en promedio representa un 60%, y que de cara al 2035 se proyecta en un 80%.

En el epicentro del conflicto entre Rusia, Ucrania y USA, del cual se derivan las tensiones geopolítica y geoeconómica subyace como principales protagonistas el trigo y el Maíz donde Ucrania es el tercer exportador del mundo de estos dos rubros, mientras que Rusia es quien suministra la cuarta parte de todo el gas que demanda la Unión Europea, el cual se suministra a través del gaseoducto que pasan por Ucrania.

La vulnerabilidad de la economía global tiende a incrementarse en la medida en que se intensifiquen los conflictos entre las partes involucradas y las que se incorporaran, por lo que se puede predecir que la economía va rumbo a una mayor desaceleración fruto de que aún no se ha superado el deterioro causado por la pandemia. Lo que ya es un hecho irreversible es que el mundo está retornando a la economía bélica en medio de una crisis pandémica.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD