Quienes transiten por el puente de Los Molina, en San Cristóbal, primero deben confesarse y ponerse en las manos de Dios para no ser atracados.
Para los desaprensivos se hace más fácil despojar a las personas de sus pertenencias porque el puente está totalmente a oscuras, pues hasta las lámparas se las han robado, lo que se suma a que el parque Aniceto Martínez, ubicado en la avenida Constitución, en el sector Puerta Hacienda Fundación, también está apagado y el lugar sirve de refugio para los delincuentes y adictos.
En horas nocturnas los conductores de guaguas de la Ruta A han optado por llevar a los pasajeros hasta la entrada del barrio, por la oscuridad.