Por Luis Santos Burgos*
El proceso de confinamiento social durante la fase aguda de la pandemia de 2020, provocó problemas de insuficiencia de inventario derivado de la interrupción de la oferta, ralentización del comercio asociada al congestionamiento del transporte, indujo a que los bancos centrales redujeran las tasas de política monetaria o de referencia referencia y expandieran la base monetaria con el objeto de recomponer los niveles de oferta y la cadena global de suministro.
La política monetaria a nivel global se encaminó a disipar el impacto de la pandemia en diversos frentes. Reducir el nivel de exposición de riesgo de la banca ante la probabilidad de una crisis financiara, evitando mayor exigencia de provisiones que pudieran impactar negativamente la posición patrimonial y otras contingencias, que asegure adecuados niveles de Suficiencia de Capital, siguiendo los fundamentos de Basilea II.
La insuficiencia de inventario y la situación del transporte ha sido persistente generando mayor incertidumbre y agravando la situación inflacionaria de las economías avanzadas y de mercados emergentes, dado que al cierre de 2021, los EE.UU el índice de precios fue de 7%, superior al nivel prevaleciente desde 1982 y la zona euro 6.5%, superior al registrado en 1992.
La persistencia de factores que aún están presentes en lo que va del presente año 2022, como son, la insuficiencia de inventario, confinamientos por rebrote de covid-19, en China y los efectos económicos del conflicto Rusia y Ucrania siguen reeditando y amplificando con mayor intensidad los niveles de inflación observado durante 2020 y 2021, ha provocado que los bancos centrales a nivel global hayan activado las tasas de política monetaria con tendencia al alza con el objeto de reducir o contener los niveles de inflación.
En la Republica Dominicana, la tasa de referencia como parte importante del estímulo monetario en 2020 y 2021, siguió una tendencia a la baja, a pesar haber descendido 50pbs, sin embargo, el aumento de las expectativas inflacionarias en la fase de recuperación provoco desde noviembre de 2021, el inicio del desmonte estímulo monetario. En ese tenor, la tasa de referencia hasta julio de 2022, ha tenido un total de ocho (8) aumentos pasando de 3 a 7.25%, equivalente a 425pbs, mientras Costa Rica, como economía similar, mantiene en 5.50%, debido a un manejo exitoso de la inflación y por tanto, de la política monetaria.
La actual tendencia alcista de la tasa de política monetaria o de referencia, contraria a la fase anterior que había conseguido reducir en 3.25% la tasa activa promedio bancaria al pasar de 13.28% a 10.02%. En esta ocasión, ha tenido una escasa incidencia en los tipos de interés bancario, puesto que solo ha logrado reducir apenas 1% la tasa activa para préstamos.
La precaria incidencia de la tasa de política monetaria, pudiera estar asociado a diferentes factores: a) durante la fase de expansión monetarias, la línea de negocios de los bancos se orientó a préstamos con tasa fija a 3 y 4 años; y b) apreciación el tipo de cambio que explica el aumento de las importaciones que reporta el BC entre enero-mayo de 2022. Parcialmente, ambos elementos están generando presión en la demanda agregada.
Esto, explica de alguna manera porque la tendencia alcista en la tasa de referencia, no logra incidir en el nivel de inflación a pesar de haber contribuido al desmonte del estímulo monetario, dado que mediante emisión de deuda el BC, de diciembre de 2021 a junio de 2022, ha logrado reducir la liquidez de la economía a una tasa promedio de 21.07%, equivalente a RD$160,094.2 millones.
Pues, de ese total, el 43.5% corresponde a la Banca Múltiple; 30% fondo de pensiones; y el público en general 21.0%, no logra contraer la demanda agregada y por tanto, reducir el nivel de inflación que a junio todavía se mantiene en 9.47%, la quinta economía de la región con mayor nivel de inflación, prácticamente la misma posición que mantenía, previo los efectos económicos que alberga el conflicto Rusia y Ucrania.
El aumento de la tasa de referencia constituye uno de los instrumentos de mayor eficacia de la política monetaria en su objetivo medular de promover la estabilidad de precios como contribución a la estabilidad macroeconómica.
Cabe advertir, que si bien en el actual escenario resulta necesario enfrentar la inflación, conseguido el objetivo, las autoridades deberían abocarse con urgencia la capitalización del banco central, dado que la situación del déficit cuasifiscal quedara considerablemente agravada, lo que impactara con mayor intensidad el déficit del gobierno central y consolidado.
*Economista, MA.