La tasa de interés se define como el precio en el uso del dinero. Es el precio de pedir dinero prestado o la recompensa por ahorrarlo. Con el cambio en la política monetaria por parte del banco central, de una política monetaria de dinero fácil a una más restrictiva, las tasas de interés del mercado se han incrementado.
Por ejemplo, la tasa de interés activa (aquella que cobra el banco por prestar) se ha incrementado, desde diciembre de 2021 hasta la fecha, de 9.9 % a un 12.1 %, en promedio; y la tasa de interés pasiva (aquella que paga el banco por los depósitos) de 2.0 % a un 7.4 % en promedio; y todo parece indicar que esta tendencia, hacia el alza, se mantendrá.
Estos incrementos en las tasas de interés, tanto activa como pasiva, tienen repercusiones en las decisiones de los agentes económicos, tanto para el consumo como para la inversión. Para aquellos que tenían pensado emprender un negocio, comprar una vivienda, comprar un vehículo o un electrodoméstico, entre otros, el uso del dinero será más costoso. Sin embargo, para aquellos que inviertan en certificados financieros, o que depositen sus recursos en cuentas de ahorros u otros tipos de productos financieros, recibirán un mayor rendimiento o recompensa.
No obstante, esos efectos diferenciados entre demandantes y depositantes de dinero, en economías en desarrollo como la República Dominicana, cuya estructura económica se caracteriza por sus heterogeneidades sociales, mercados segmentados, informalidad laboral y limitada bancarización, entre otros, es de esperar que incrementos en la tasa de interés desaceleren la actividad económica.
De manera que, cuando las tasas de interés son elevadas, menos personas y empresas toman prestado. Eso reduce la cantidad de crédito disponible para financiar las compras de bienes y servicios, lo que reduce la demanda de los consumidores. Al mismo tiempo, induce a más personas a ahorrar porque reciben más en su tasa de ahorro, pero las altas tasas de interés también encarecen y reducen el capital disponible para expandir los negocios, disminuyendo la oferta de bienes y servicios; reducen la liquidez de la economía y desacelera la actividad.