Tarde con sentimientos encontrados, en rebelión con lo que ha de suceder

Porque Amar es encontrar en la felicidad
de otro, la propia felicidad.
La raíz de todas las pasiones es el amor.
De él nace la tristeza, el gozo, la alegría
Y la desesperación.
Lope de Vega.-
En cierta ocasión leí, que el amor existe cuando una persona siente que las necesidades de otra persona son tan o más importantes que las propias. Eso es una verdad de acuño. Quizás sea la razón por la que hoy me he despertado con mucha tristeza, pensando que pronto tú te irás de mí, y te juro mi vida, que pensando en lo nuestro, me pasé la noche casi sin dormir.
Ya lo sé que tú te vas, y contigo por igual se va una parte de mí. He querido parodiar parte de esta canción, como un reflejo del dolor que me causa tu partida, sin esperar consuelo y mucho menos, pretender crear falsas esperanzas, de que algo o alguien ocupen tu lugar.
He permanecido en silencio, mientras la daga penetra muy lentamente en mi alma, corazón y sentimientos. Como si drenara lo mejor de mí y al mismo tiempo, inyectara la nada, el vacío hasta en el más pequeño rincón en donde anidan los motivos que nos permiten y dan fuerzas para continuar viviendo.
Me prometí no hablar y mucho menos escribir, pretendiendo engañarme a mí mismo pero, en la medida que se aproxima el momento fatal claro, para mí-, se acentúa en mi interior ese dolor lacerante que se lleva mi vida lentamente, como gota que va vaciando la alberca o el riachuelo que penetra y se pierde en el inmenso mar.
Reconozco que el sentirme así no está bien y en apariencia puede hasta parecer no natural, pero, dada mi manifiesta impotencia frente a los sentimientos y agobiado por las alabardas que me penetran dolorosamente el corazón, solo me queda el camino de lanzar mi dolor al viento, porque a partir de tu ausencia, mi vida no será igual, mis goces serán fingidos y dentro de lo más íntimo de mí, lo que en verdad desearía fuese que nadie me quiera y que nadie me conozca, que nadie se preocupe de mi triste destino, quiero ser emigrante y eterno peregrino que camine sin rumbo, porque nadie lo espera.
Te he querido con el alma, corazón y vida. Tengo que admitir que tú has sido lo mejor que he tenido en mi vida y que te has hecho merecedora de eso. Nuestra relación, puedo jurarlo, ha sido, sin quizás alguno, lo más bello y puro de mi existencia. Que quien quiera se muera de envidia por todo esto que digo, porque en cuanto a mí, para querer, no necesito una razón, me sobra mucho, pero mucho corazón. Ese mismo corazón que hoy flaquea y se niega admitir una realidad muy natural.
Como escribió Neruda: ¿Se va la poesía de las cosas, o no la puede condensar mi vida? No lo sé, en verdad no lo sé. Pero, desconozco esta tarde de grises y opacos pensamientos y sentimientos, si en verdad algo tiene sentido. Quizás huir por la izquierda, a lo Pantera Rosa, o, rendirnos ante lo inevitable y refugiarnos en cualquier olvidado rincón y llorar por siempre, donde nadie nos vea y se vaya a confundir con que buscamos consuelo a nuestro pesar.
Y pienso en Rubén Darío y esta verdad que debo enfrentar, cuando plasmo en lo Fatal: Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande, que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Sí, Rissel está de boda, se casa, mi hija se va y, la vestimenta prescrita es de negro y blanco, me dicen como símbolo de elegancia y distinción, aunque viene al caso que desde el primer día pensé en ponerme esa vestimenta, no precisamente como símbolo de elegancia sino, como símbolo de luto, por mí, solo por mí, por mi vacio, por mi dolor, que al fin de cuentas, es solo mío. ¡Sí, señor!