Supremacía del Oro

En el 1944 se firmaron los acuerdos de Bretton Woods, donde se establecieron las normas comerciales y financieras entre los países más ricos del mundo, dando como resultado la creación del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la utilización del dólar como moneda de referencia internacional, respaldando su convertibilidad por oro.
Durante cerca de 30 años estos parámetros se mantuvieron invariables hasta la década del 1970, donde EEUU gracias a la Guerra de Vietnam se vio en necesidad de emitir miles de millones de dólares para mantener el sistema armamentista, produciendo un creciente déficit comercial que llevó a las grandes potencias a sustituir sus sobrevalorados dólares que tenían en reserva por oro.
Actualmente las principales economías industrializadas se encuentran en medio de un atolladero financiero producto de la crisis iniciada en 2008. La economía norteamericana, motor financiero internacional y provocante de la crisis, ha sido la más afectada.
El gobierno en vanos intentos de reanimar el consumo y la inversión, ha reducido el tipo de interés a cerca de 0% y han inyectado miles de millones de dólares al comatoso mercado que no logra reaccionar.
La mayoría de los países del mundo utilizan como medio de reserva el dólar, pero en medio de esta vorágine financiera todo parecería indicar que estamos ante las puertas de un segundo Bretton Woods. La creciente demanda del oro ha llevado a un nuevo máximo histórico en su cotización a más de US$1,400.00 por onza.
A diferencia de años anteriores donde los inversores se refugiaban en el oro para protegerse de la inflación; ahora se refugian en éste ante la posible lluvia de devaluaciones de las principales monedas de referencia; como es el caso del dólar, quien a base de repetidas inyecciones monetarias ha logrado devaluarse frente al euro, logrando estimular sus exportaciones.
A estas continuas depreciaciones por parte de los gobiernos se les ha llamado Guerra de Divisas, que no es más que una forma de abaratar los precios de las exportaciones a través de la reducción del valor de la moneda y así lograr competir en el mercado internacional.
Ya hay quienes abogan el regreso del llamado patrón oro, pero recordemos que de regresar, restringiéramos el accionar de la política monetaria afectando el nivel de empleo y el crecimiento.
Tenemos que observar muy de cerca el desenvolvimiento de este metal precioso, ya que lo que menos necesita la economía internacional en estos momentos es la explosión de otra burbuja y los posibles problemas que esto podría acarrear.
Pero lo que sí es seguro, es que se debe reformar el sistema monetario internacional, será tarea de las principales potencias buscar un sustituto al patrón oro.
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