Soluciones viales

El caos vial y desorden del tránsito en Santo Domingo no se arreglará sólo con la imprescindible ampliación de avenidas donde diariamente se arman tapones infernales.
He opinado muchas veces que la principal causa del problema es la impunidad con la que violan flagrantemente las leyes los conductores de motocicletas, carros del concho, voladoras, autobuses y camiones, gracias a la protección que reciben de sindicatos mafiosos que cuentan con el favor de autoridades.
Pero la macana legal, más urgente que mejorar la anchura de avenidas, tampoco por sí sola solucionará la congestión y la barbaridad que crispa o abruma a los ciudadanos.
Por eso, en vez de oponerse a rajatabla a que una margen del Jardín Botánico sea afectada para ampliar la avenida República de Colombia, los activistas sociales más preocupados deberían explicar cuáles alternativas, si las hay, deben considerarse.
Pocas capitales similares al nuestro cuentan con parques como la Plaza de la Cultura, los tres Miradores (de la Anacaona, de Santo Domingo Norte y del Faro), el Zoológico, los malecones de este y del oeste en la capital.
Merecen preservarse, sin olvidar que por necesidad hasta al parque Independencia se le quitaron sus márgenes.
Otras ampliaciones urgentes son los tramos de la Lope de Vega hacia el norte hasta el río Isabela, la Defilló desde Bella Vista a la Kennedy y la conexión desde la George Washington a la avenida España, mediante un túnel bajo el Ozama. Son cateterismos arteriales para evitarle un infarto a la ciudad.