La respuesta sexual femenina está condicionada por factores emocionales, psicológicos, afectivos, relacionales y hasta espirituales.
De ahí que muchas mujeres se quejan de falta de amor, pasión, dedicación, romance, sensualidad, erotismo y comprensión de la pareja.
Por lo que las agresiones verbales o físicas, descalificaciones, incomprensiones, actos y palabras burlescas, control en demasía y otras situaciones no agradables pueden provocar una disfunción sexual en ellas.
Las disfunciones sexuales femeninas pueden aparecer desde el principio de la vida sexual activa o posteriormente.
Entre ellas citamos el trastorno por aversión al sexo, el del deseo sexual hipoactivo, los trastornos del orgasmo, la dispareunia o dolor al coito, el vaginismo y la vulvodynia.
Entre las causas más frecuentes encontramos la poca o inadecuada información en materia sexual, el miedo y la vergüenza en el desempeño sexual, los abusos sexuales, las experiencias traumáticas en el pasado; temor al embarazo, a contagiarse de una infección de transmisión sexual; infecciones ginecológicas, problemas de pareja, inadecuada comunicación, ineficiente estímulo sexual, violencia física o psicológica, otros factores estresantes, ansiedad, angustia, depresión; enfermedades sistémicas, drogas y medicamentos, trastornos hormonales.
Prevención: Buscar información acerca de su cuerpo, su funcionamiento y la sexualidad, sensualidad y erotismo, comunicarse adecuadamente con su pareja principalmente.