El Día 
ANKARA.-Rescatistas han sacado a 23 sobrevivientes de entre los escombros de tres edificios que colapsaron después de que un terremoto sacudió el este de Turquía, dijeron el jueves las autoridades.
El sismo mató al menos a otras siete personas y dejó decenas más atrapadas. El viceprimer ministro Besir Atalay dijo que el sismo del miércoles derribó 25 edificios en la ciudad de Van, pero sólo tres de ellos estaban ocupados, ya que los otros habían sido evacuados después de sufrir daños en el poderoso terremoto del mes pasado.
Atalay dijo el jueves que las labores de rescate se concentran ahora en el lugar en que colapsaron dos hoteles y un edificio de apartamentos. Informó que 23 sobrevivientes fueron rescatados y que se recuperaron los cadáveres de siete personas.
El movimiento telúrico de magnitud 5,7 golpeó la provincia de Van, más de dos semanas después de que un terremoto de 7,2 en la misma región mató a cerca de 600 personas.
En una lúgubre repetición de las escenas del terremoto de octubre en la misma región, los hombres se subían a montones de escombros y frenéticamente se abrían camino como podían entre acero retorcido y concreto desmoronado en un intento por encontrar sobrevivientes.
Los equipos de rescate utilizaron el resplandor de luces de alta potencia para trabajar durante la noche.
Según informes, los hoteles caídos estaban ocupados por periodistas y trabajadores humanitarios involucrados en los esfuerzos de recuperación tras el primer terremoto.
Ozgur Gunes, un periodista de la agencia de noticias Cihan, se alojaba en el hotel, pero acababa de salir del edificio cuando ocurrió el terremoto la noche del miércoles.
Dijo que había periodistas que trabajan en el vestíbulo en ese momento. «Había algunas pequeñas grietas, pero nos dijeron que no había daño estructural», dijo a la televisora Sky Turk.
El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el sismo tuvo una magnitud de 5,7. El Centro Sismológico Kandilli de Turquía informó que ocurrió a las 21:23 horas (1923 GMT).
Cerca de 1.400 réplicas han sacudido la región desde el enorme terremoto del 23 de octubre, que mató a 600 personas y dejó a miles sin hogar.
Muchos residentes han estado viviendo en tiendas de campaña, a pesar del frío, demasiado asustados para regresar a sus hogares.
Al menos 2.000 edificios resultaron destruidos en el terremoto más fuerte, y las autoridades declararon otros 3.700 edificios no aptos para vivir.
