¡Ya está aquí el verano! ¡Cuánto hemos esperado la llegada de este momento! El verano no ha hecho más que empezar y uno de nuestros deseos es que paséis el mejor verano posible.
Creemos que liberar las toxinas durante esta época de calor os vendrá genial así que no os perdáis este post.
1. Repeler los insectos sin echar mano de repelentes de insectos
Los pesticidas usados en la composición de los repelentes más comunes que se encuentran en el mercado pueden ser peligrosos tanto para los niños como los adultos.
Una buena alternativa a los más vendidos en el supermercado o la farmacia son los repelentes basados en la picardina, un producto químico extraído de la pimienta. O usar simplemente un spray repelente enteramente vegetal: ¡funcionan también!
2. Césped inglés sin herbicidas ni pesticidas
Más de unos seguramente tendréis un jardincito con un poco de césped en casa, que normalmente se intenta mantener lo más perfecto posible.
Sin embargo, el uso extensivo de los herbicidas y pesticidas ha creado al final el surgimiento de plantas herbáceas y lo que es peor, insectos también resistentes a los mismos.
Como resultado, los productos usados tienden a ser cada vez más fuertes con graves consecuencias medioambientales. No es tan trágico tener alguna que otra hierba no deseada en el césped y además se puede quitar a mano.
Y tampoco hay que echar constantemente toda clase de pesticidas para evitar desde hormigas a arañas, que también tienen su sitio en el equilibrio ecológico. Y sobre todo, sin pesticidas ni herbicidas, tus hijos y vosotros podréis estar mucho más tranquilos en el jardín.
3. Evitar los alimentos genéticamente modificados
Procurad siempre que sea posible evitar los alimentos genéticamente modificados. En verduras y frutas frescas, significa comprar productos lo más locales posible o si es posible, ecológicos.
En el caso del resto de los alimentos que consumimos -mayormente los preparados y precocinados- como no podemos estar seguros ya de nada, lo mejor es consumir los menos posibles.
4. Cuidado con el cloro en las piscinas
Un estudio del año 2006 relaciona ya los altos niveles de cloro contenidos en el agua de las piscinas (públicas y privadas) con el incremento de los casos de asma entre la población infantil por debajo de los 7 años.
El estudio no dice nada de adultos, pero si el agua clorada es perjudicial para los menores de 7 años, ¿por qué no lo va a ser también para los mayores de 7 y los adultos?
5. Cuidado además con las piscinas portátiles
Muchas veces no tenemos ni jardín ni piscina propia o cercana a la que acudir. En estos casos, frecuentemente se suele echar mano – si se tiene sitio- de esas pequeñas piscinas inflables, pensadas para niños pequeños, pero en las que los mayores también nos metemos de vez en cuando aunque sea para refrescar los pies.
Pero ¡ojo! Muchas de ellas están fabricadas de PVC, el plástico con una de las peores famas del mundo debido a los elementos tóxicos que se producen en su proceso de fabricación y en los que contiene después. Lo peor del PVC son los ftalatos, muy perjudiciales para el sistema endocrino.
Están ya prohibidos en la UE para la fabricación de muchos elementos de nuestra vida cotidiana, pero siguen “colándose” muchos entre los productos de importación (de países asiáticos sobre todo).
6. Usar lo mejor para protegerse del sol
Lociones protectoras hay casi cientos. Lo que poca gente sabe es que lo mejor es buscar un filtro y loción anti-solar a base de zinc y titanio.
Son dos metales no tóxicos para el ser humano que proporcionan una protección solar mucho más segura y efectiva que muchos bloqueadores de rayos UV químicos.
7. Evitar la laca de uñas tóxica
Muchas de las lacas más comunes contienen el llamado “trio tóxico” por excelencia, formado por el dibutil-ftalato, el tolueno y el formaldehido. Mejor decidirse por alguno sin estos compuestos, aunque sea más caro.
Libértate este verano de todas las toxinas perjudiciales para la salud y verás cómo lo disfrutarás al máximo. Sácale más partido probando el masajeador corporal U-Tonic, con el que conseguirás reafirmar la piel de brazos, muslos o piernas.
Tomado de Mas que salud