Dilenia Cruz
De seguro ya sabes que el inconsciente no distingue entre lo que es real o imaginado en medio de un suceso emocional que te hace sentir en peligro; la parte central del cerebro donde se genera el estrés dispara tu sistema de supervivencia para que tu cuerpo se ponga a salvo.
“Las manifestaciones se unen a la reacción de un nervio craneal, el vago, que llega a las vísceras, al corazón, a los pulmones, la garganta, la cara, el cuello y viaja al tronco cerebral o parte de nuestro sistema nervioso que se encarga de la supervivencia y por esto sentimos un peligro de muerte”, según la psicosocióloga Angeles Wolder.
Estas semanas hemos aprendido sobre síntomas, diagnósticos, terapias, y ejercicios desde diferentes miradas que te pueden dar una visión más amplia sobre la ansiedad.
Gestionar la ansiedad desde cualquier mirada requiere que te hagas consciente de lo que ocasiona ese estado en ti. Desde la mirada transgeneracional, las constelaciones familiares podrían mostrar si tus emociones son heredadas como lo son tu pelo, forma del rostro, o cualquier otro rasgo de tu personalidad y figura.
Presta atención a los síntomas y a las informaciones que se muestran para que identifiques implicaciones que debes atender. Es tiempo de parar, cuidarte, dejar de juzgar o querer hacer demasiado.
Es tiempo de fluir con el día y reconocer esas emociones de miedo, enfado o tristeza que te mueven. Aprende a vivir aquí y ahora. Asume tu vida fuera del teléfono o las pantallas, enfócate en lo importante.
Cuando estés ansioso descansa tus pies descalzos, ponte una toalla con hielo o agua helada en la nuca mientras cierras los ojos y respiras profundamente llevando oxígeno desde el cráneo hasta los dedos de los pies. Busca ayuda porque en verdad no es algo que tengas que hacer solo.
