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Santo Domingo Este tiene ya una Catedral y es cabeza de una diócesis con más de un millón de habitantes

La creación de una diócesis supone un reordenamiento profundo en la vida de la Iglesia católica dominicana

Santo Domingo, RD.- El municipio Santo Domingo Este, el municipio más poblado del país, desde ya tiene una catedral que será sede de un obispo ordinario y todo gracias a la decisión del papa León XIV de crear la diócesis “Stella Marie” (La Estrella María) que incluye también los territorios de Boca Chica y Guerra.

La medida no solo reorganiza el mapa eclesial de la capital, sino que también responde a las necesidades de acompañamiento espiritual de una de las zonas de mayor crecimiento poblacional del país.

La erección de una diócesis supone un reordenamiento profundo en la vida de la Iglesia católica dominicana. En este caso, la hasta ahora parroquia Stella Marie ha sido elevada a la categoría de Catedral, sede episcopal que simboliza la independencia pastoral y administrativa de la nueva jurisdicción.

A partir de esta decisión, Stella Marie funciona de manera autónoma respecto a la arquidiócesis de Santo Domingo, aunque integrada en la misma provincia eclesial. Sus autoridades deberán establecer una curia diocesana, un tribunal eclesiástico, además de consejos presbiterales y pastorales propios, que permitan organizar la vida comunitaria bajo el liderazgo episcopal.

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De igual manera los bienes de la Iglesia Católica localizados en los tres municipios pasan a ser propiedad de la nueva diócesis. Entre los más destacados figuran la casa de retiro CEFIJUFA y la casa de los catecúmenos “María de la Altagracia”, espacios claves en la formación espiritual.

Los sacerdotes diocesanos y diáconos asignados en esas parroquias u obras quedan automáticamente incardinados en la nueva diócesis, con lo que pasan a depender pastoral y jurídicamente de su obispo.

La diócesis Stella Marie tendrá la misión de diseñar su propio plan pastoral, atendiendo a las particularidades sociales, culturales y espirituales de Santo Domingo Este y su entorno.

Antecedentes

La creación de nuevas diócesis no es un hecho inédito en la historia de la Iglesia dominicana. En 1953, con la bula “Si magna et excelsa”, el papa Pío XII erigió las diócesis de Santiago de los Caballeros y La Vega, separándolas de Santo Domingo, que hasta ese momento era la única jurisdicción del país. Décadas más tarde, la expansión territorial llevó a la formación de diócesis como San Pedro de Macorís, Baní o Mao-Montecristi, todas nacidas como respuesta a la necesidad de un pastoreo más próximo y eficaz.

En esa tradición se inscribe ahora Stella Marie, una diócesis creada en pleno siglo XXI, cuando los retos de la evangelización se entrelazan con la globalización, la urbanización y los desafíos éticos contemporáneos.

Un obispo con rostro conocido

Padre Manuel Ruiz.

El Sumo Pontífice designó como primer obispo de Stella Marie al sacerdote Manuel Ruiz, cuya trayectoria lo convierte en una figura singular dentro del episcopado dominicano. Ruiz no es un desconocido para la opinión pública ya que durante más de dos décadas ha mantenido presencia constante en la televisión dominicana, en programas de orientación católica y espacios de debate social.

Además de su faceta mediática, Ruiz ha cultivado estrechas relaciones con artistas, músicos y comunicadores, quienes en más de una ocasión lo han acompañado en actividades pastorales o de promoción cultural. Ese vínculo con el mundo artístico le ha dado un perfil particular, a medio camino entre el pastor tradicional y el comunicador con habilidades para conectar con la cultura popular.

La controversia de sus convicciones

Pero si algo ha marcado a Manuel Ruiz es su firme postura en defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. El nuevo obispo es un opositor declarado de la aprobación de las tres causales del aborto en el Código Penal dominicano, lo que le ha granjeado tensiones con organizaciones feministas y colectivos de derechos humanos.

Sus intervenciones públicas, muchas veces en escenarios televisivos, se han caracterizado por un tono firme y convicciones inquebrantables. Para sus seguidores, es un pastor valiente que no teme al debate y que defiende la doctrina católica con claridad; para sus críticos, un líder inflexible que cierra el paso a los consensos en materia de derechos reproductivos.

En el rostro del obispo Ruiz se combinan la solemnidad del ministerio con la espontaneidad de un comunicador. Sabe presidir con gravedad una misa en la catedral y, al mismo tiempo, dialogar con naturalidad en un set televisivo o en un concierto benéfico. Esa capacidad de moverse entre registros distintos será, probablemente, uno de sus principales recursos para conducir la diócesis Stella Marie.

No obstante, su estilo directo y su historial de controversias auguran también que su liderazgo no estará exento de tensiones. Ruiz llega con la misión de construir una Iglesia local sólida, con su identidad definida, pero también con el desafío de conciliar sensibilidades diversas en un territorio donde las transformaciones sociales y culturales avanzan con rapidez.

Desde su sede en la catedral Stella Marie, Monseñor Manuel Ruiz inicia la misión de dar forma a una Iglesia joven, compleja y vibrante. Su perfil, marcado por la comunicación mediática, el contacto con artistas y su firmeza doctrinal, imprime un carácter singular al nacimiento de esta diócesis.

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