Nuestro sistema sanitario dominicano ha avanzado mucho, aunque el pesimismo o el inconformismo no permitan verlo. República Dominicana tiene centros médicos públicos y privados del más alto nivel.
La cobertura de la seguridad social casi se ha generalizado a través del Seguro Familiar de Salud en sus regímenes contributivo y subsidiado (cubierto por el gobierno).
En adición, los hospitales públicos siguen dando atención a aquellos que carecen de algún tipo de seguro.
En el sector salud hay muchos avances para destacar.
Uno de los “pero” sigue siendo la salud mental, renglón en el que todavía hay muchas deficiencias.
La modernidad ha disparado las afecciones mentales, pero el nivel de atención no ha crecido en esa misma proporción.
Muchos enfermos mentales terminan en las calles sin ningún tipo de atención, a veces por ignorancia de sus familiares y otras por la imprevisión del Estado.
También hay deficiencias en la cobertura de afecciones mentales, que en muchos casos deterioran tanto o más que otras patologías.
Para las familias, sin lugar a dudas, un enfermo mental representa un importante reto porque carecen de la asistencia adecuada.
Se requieren mejores mecanismos sanitarios para su atención.
Los enfermos mentales que viven en la calle requieren asistencia urgente de las instancias estatales.
La salud mental necesita atención urgente.