Los trastornos mentales no se ven en radiografías, tomografías ni análisis de laboratorio, y por eso muchos piensan que no existen explicó la psiquiatra Francis Báez.
“El insomnio es uno de los principales detonantes de las demencias. Si no dormimos bien, las neuronas mueren más rápido y el cerebro se deteriora antes de tiempo”, advirtió.
De la depresión a la bipolaridad, pasando por los trastornos de ansiedad o las psicosis, todos tienen algo en común: el sueño alterado y un cerebro agotado.
En República Dominicana, el tabú social sigue siendo una barrera enorme para quienes necesitan ayuda.
“Mucha gente prefiere ir a un psiquiatra privado para que nadie lo vea, o simplemente no va. Dicen que ‘no están locos’, cuando en realidad están enfermos y pueden mejorar con tratamiento”, lamenta Báez.
Ese prejuicio, agrega, no solo afecta a los pacientes, sino también a sus familias.
“Cuando alguien sufre depresión, los suyos dicen que es ‘de mente floja’. Si intenta suicidarse, lo acusan de cobarde o manipulador. Y no saben que detrás hay un cerebro enfermo, una alteración química que necesita atención médica”.
El estigma es tan profundo que incluso en los hospitales muchas enfermeras se niegan a trabajar en unidades psiquiátricas.