La medicina interna es una especialidad médica que se dedica a la atención integral del adulto enfermo, enfocada al diagnóstico y el tratamiento no quirúrgico de las enfermedades que afectan a sus órganos y sistemas internos y a su prevención Anahi Goicochea, médico internista de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que el término medicina interna se origina en Alemania, en la década de 1880 y ha evolucionado mucho al día de hoy.
Fue en 1883 cuando Adolph Strümpel, profesor de Leipzig, escribe un tratado de patología y terapéutica especiales de las enfermedades internas, para designar al ejercicio médico, no basado únicamente en la clínica sino con un importante esencial de fisiología y ciencias básicas.
“El fundamento de nuestro pensamiento clínico lo constituyen la descripción minuciosa de las alteraciones anatomopatológicas, junto a la exposición, lo más clara posible, de los agentes etiológicos y su acción” (Strümpell, 1883).
La especialista asegura que, actualmente, para ser especialista en Medicina Interna se debe graduar de médico y ganar una plaza para medicina interna, la cual conlleva un entrenamiento de tres años; a los graduados de esta especialidad se les llama internistas o médico internista.
Contrario a lo que muchos piensan, no es un médico general (se llama médico general al que curso la carrera de medicina en la universidad), ni es el que se encarga de internar.
Goicochea destaca que los internistas son expertos en complejidad. Se especializan en población adulta y están entrenados para resolver problemas diagnósticos, manejar enfermedades crónicas, y ayudar a los pacientes con múltiples condiciones. Además proveen un cuidado comprensivo y longitudinal a sus pacientes. Las relaciones médico-pacientes tienden a ser largas, y sus recomendaciones deben personalizarse según la situación de cada paciente.
Explica que estos especialistas ven el cuadro completo. Su entrenamiento y conocimiento del cuerpo humano y sus órganos les da una perspectiva única de cómo funciona todo en unísono.
Ellos analizan, consideran y hacen conexiones de múltiple data, además identifican soluciones para los mejores resultados posibles.
Algunos internistas deciden subespecializarse en un área más enfocada de la medicina interna. Es decir, pasan de 1 a 3 años entrenándose en un área en específico, como cardiología, neumología, neurología, gastroenterología, entre otras.
Consulta internista
A la pregunta: ¿Cuándo hacer una cita con un médico internista? Goicochea indica que el médico internista debe ser el médico de cabecera de la población adulta, y se debe acudir tanto para el “chequeo de rutina” como ante cualquier síntoma, así, luego de obtener su historial clínico y realizarse el examen físico, le indicará las pruebas de imágenes y/o laboratorio correspondientes, basándolos en la información suministrada y los hallazgos a la evaluación; además lo referirá al especialista o subespecialista correspondiente en caso de que lo requiera.
También, en los pacientes con múltiples enfermedades ya diagnosticadas, quienes acuden a diversos subespecialistas, el internista ejerce el rol de eje central, y es quién va uniendo todo, así el paciente recibe un manejo integral, coordinado, y hace que sea más adherente a seguimientos y tratamientos.
Dice que, a veces, le preguntan: “Pero doctora, ya voy al ginecólogo o urólogo de manera de rutina”; en el caso de los controles de paciente sano, destaca que, aunque es correcta esta conducta, ya que tanto ginecología y urología son los especialistas en el sistema reproductor femenino y masculino, respectivamente, y juegan un rol en la medicina preventiva, esos chequeos se quedan cortos, ya que se debe ver el cuerpo de una manera integral, de pies a cabeza, y no solo eso, personalizar la evaluación.
Evaluación médica
¿Qué quiere decir personalizar la evaluación médica? Quiere decir que el historial clínico que recopilemos y el examen físico nos van a guiar sobre que pruebas de imágenes, laboratorios o diagnósticas debemos realizar.
Por ejemplo, no es lo mismo un paciente sin historia familiar de cáncer de colon, que uno con historia de que su padre fue diagnosticado con cáncer de colon a los 53 años; esto incide en cuándo recomendaríamos realizar la primera colonoscopia de tamizaje de esta enfermedad, en el primer caso se recomendaría a partir de los 45 años, en el segundo caso se recomendaría a los 43 años, que correspondería a 10 años antes del diagnóstico de cáncer de colon en un familiar de primera línea (padres, hermanos).
Otro ejemplo son las vacunas, se debe verificar cuáles vacunas ha recibido el paciente durante su vida, que haya recibido los refuerzos correspondientes y que continúe con el esquema de vacunas del adulto.
Contrario a lo que muchas personas piensan, también los adultos tenemos un esquema de vacunación, el cual debemos cumplir, y es importante detectar cuando debe recibir las vacunas.
Visión de conjunto
— Saber diferenciar
No es lo mismo un paciente diabético, asmático o con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que uno sin estas condiciones; ya que el primero debe recibir la vacuna contra el Pneumococco antes que el segundo.
Una buena historia clínica
Una buena historia clínica y un examen minucioso nos ayudan a detectar las alertas y determinar los factores de riesgo que cada persona pueda tener, de manera integral.
Por eso, es importante acudir aunque no tenga ningún síntoma; la prevención vale oro, y el internista es su mejor aliado.