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Roberto Rosario afirma grupos apostaron al caos y a impedir resultados ciertos

Santo Domingo.-El presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, manifestó en un discurso pronunciado anoche que el proceso electoral se impuso a un boicot por parte de sectores que según él jugaron “al caos y al desorden, a impedir que hubiera resultados ciertos y a tiempo”.

Recordó que justamente por esa complejidad fue que en 2014 todos los partidos aprobaron el escrutinio electrónico, pero que a pocos días del proceso obligaron a un cambio para volver a introducir el conteo manual.

Señaló que el 76 por ciento de las máquinas para el conteo electrónico fueron utilizadas y dieron resultados certeros, pero que quienes se sentían que perdían obligaban a recuentos que luego obstruían.

Rosario señaló que es necesario la aprobación de las leyes de partidos políticos y ordenamiento electoral. A continuación, el discurso íntegro:

En República Dominicana existe la costumbre que quien ostente la posición de mayor jerarquía en una institución pública, en este caso, el de presidente del órgano electoral, informe, o rinda cuentas, de las tareas y funciones puestas a su cargo.

En el caso que nos ocupa, con más razón, por tratarse del evento democrático más trascendente, que lo es el proceso de elección de las personas que han sido votadas por el soberano, para que a partir del 16 de agosto ocupen los cargos públicos de elección popular.

Más que de la Junta Central Electoral, una parte de la población, de alguna manera, ha esperado que su presidente les rinda un informe sobre las condiciones y circunstancias en que se desarrollaron las pasadas elecciones.

Estas expectativas del pueblo dominicano están sólidamente sustentadas, no solo por la condición de funcionario público que ostento, sino además, por la alta satisfacción que han expresado, en esta década, con la implementación de políticas públicas en los temas que la Constitución y las leyes ponen bajo la dependencia y administración de la Junta Central Electoral.

De manera especial, por el gran ejemplo cívico y de apego a la democracia, expresado en la elevada concurrencia de la ciudadanía al ejercicio del derecho al sufragio.

En esa condición comparezco hoy ante ustedes.

El 15 de mayo pasado, fuimos convocados los dominicanos que, con sujeción a la Constitución y a las leyes, reunimos las condiciones de ciudadanía, en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos, para asistir a los colegios electorales que se estructuraron alrededor de la residencia habitual, o señalada por nosotros, que registra el documento de identidad, que a su vez, es el carnet de votación.

En total, 731 colegios se instalaron en 108 ciudades del exterior, para acoger a nuestros hermanos y hermanas que residen fueran del territorio, y 15 mil 339 se instalaron en toda la geografía nacional.

Todos los colegios funcionaron

A la fecha, nadie ha osado decir que en todos y cada uno de estos colegios, a las 6:00 horas de la mañana, no se encontraba el personal correspondiente; nadie ha dicho que en cada colegio, no estaban las valijas destinadas a esa demarcación, con los materiales indispensables para la elección: las boletas en cantidades suficientes; las presillas de seguridad; las actas manuales de los niveles A, B, C y así como la C1 correspondiente al voto preferencial, con sus relaciones, por cada nivel; en fin, todos los materiales y utilerías propios del kit electoral.

En esta oportunidad, por primera vez, todo el personal seleccionado para servir a la ciudadanía, estuvo debidamente identificado en su vestimenta: el presidente, secretario, auxiliares, facilitadores, encargados de recintos; de tal manera, que el elector, al presentarse al centro de votación, no tenía dudas sobre a quiénes acudir para pedir información.

Esto fue notorio y evidente.

Ahora bien, por situaciones que explicaremos más adelante, en algunos colegios electorales, básicamente en el Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo, San Pedro de Macorís y Santiago de los Caballeros, se produjo tardanza en el inicio de la jornada de votación, debido a la no instalación a tiempo de los equipos de Registro Automatizado de Concurrentes.

La ubicación estratégica y de accesibilidad de los medios de comunicación a estos lugares particulares sobredimensionó el hecho; no obstante, en un tiempo relativamente corto, si lo comparáramos con épocas anteriores, en esos lugares muy precisos se retomó el ritmo de los demás colegios, y los ciudadanos y ciudadanas pudieron ejercer su derecho, con mucha fluidez y naturalidad, sin mayores contratiempos, y total libertad.

Al momento, no se ha presentado denuncia de ningún ciudadano a quien se haya impedido el ejercicio del sufragio. La única queja es que se empezó un poco más tarde de lo esperado.

El mejor testimonio de que se pudo votar sin contratiempos, es que en esta elección se registra un alto porcentaje de votación, sobre todo si partimos de que nuestra Constitución establece que el voto es un deber, no una obligación, que el sufragio es un derecho, pero que es voluntario, que es personal, que es directo, y secreto, que solo constituye como hemos dicho, un deber de conciencia; se puede decir que es un libre compromiso de que cada uno contribuyamos de manera individual, en nuestra asamblea electoral, a la formación y manifestación de la voluntad ciudadana; no hay medidas de coacción, restricción o penalidades para el que no vota, como en otras naciones. Aun así, estamos como uno de los países que en esta elección registró un alto índice de votación.

El 76% equipos funcionó adecuadamente

Los datos oficiales de que disponemos, suministrados por el departamento de Procesamiento de Datos de la Junta Central Electoral, demuestran que de las 15 mil 339 unidades de transmisión R&E-2016, que debimos instalar, un total de 3 mil 700 con capacidad de conectarse y transmitir informaciones, tanto de carácter técnico, de incapacidad de algunos operadores, como de acciones de boicot, desarrolladas antes y durante la jornada de votación.

Lo trascendente e importante, sin embargo, fue que 11 mil 639 unidades de Registro de Concurrentes pudieron conectarse y transmitir informaciones; es decir, el 76 % de los equipos de Registro de Concurrentes operó, y suministró informaciones.

La introducción de esta innovación en el proceso electoral fue de tal magnitud, que si recordamos, por primera vez en la historia, y única en las Américas, en tiempo real, cada una o dos horas, teníamos información online, de la cantidad de personas que habían asistido a los colegios electorales.

Es decir, estábamos enterando a la población de la cantidad de ciudadanos que ya habían acudido a ejercer su derecho.

Estas informaciones fueron compartidas con distinguidas personalidades de los medios de comunicación, que nos acompañaron, dando su contribución a la democracia.

Me permito recordarles cada uno de los reportes que en esa jornada hicimos, en compañía de diversas personalidades.

Esta información servida, sin duda, contribuyó a la transparencia, y mostró la eficiencia del sistema contratado por la Institución, llevó tranquilidad y confianza a la población, al ver como se recogían las incidencias hora a hora, desde los lugares más recónditos de nuestro territorio.

Por tanto, podemos afirmar que pese a las adversidades creadas alrededor de la automatización del proceso, y a los escollos que se presentaron en los lugares señalados anteriormente, el equipo de Registro Automatizado de Concurrentes funcionó, y funcionó bien.

Es decir, quienes expresan que estos equipos no fueron utilizados, no hacen más que confundir sus deseos con lo ocurrido, con la realidad.

El pueblo dominicano, el soberano, acudió a su cita. Cumplió con su deber. Lo hizo civilizadamente. Se entregó con alegría, con la característica propia del trópico, caribeña, con las manifestaciones de nuestras virtudes, y ¿por qué no?, de alguno de nuestros defectos.

Fue a las urnas a renovar sus esperanzas, sus aspiraciones, su compromiso con nuestra democracia. Se identificó y marcó, en absoluto secreto, libertad, y de manera personal, por quien creyó que mejor le representaba en cada una de las instancias estatales que se le ofreció.

Fue ejemplar. Nuestro protagonista por excelencia, la causa y razón del proceso, nos dio lecciones de comportamiento y de conducta democrática.

Elecciones complejas

Se acepta sin discusión que estas elecciones eran las de mayor complejidad, por el peso cuantitativo de los cargos de elección popular, por algunas modalidades de elección, sobre todo en el aspecto congresual, y por la decadente legislación sobre la materia. Por tanto, esta elección no tiene otra con cual compararla.

Es única y posiblemente irrepetible, de acuerdo con la Constitución y las leyes.

Cuatro mil 106 (4,106) cargos en disputa, de manera simultánea; más de 24 mil aspirantes a esos cargos, debidamente admitidos; la mayor cantidad de alianzas cruzadas, en todos los niveles, entre partidos políticos de posiciones y criterios muy disímiles en el espectro político nacional; unas veces aliados en lo nacional, con posiciones distintas en lo local; otras veces aliados en lo local, con posiciones encontradas en lo nacional.

Para colmo, antecedidos por traumáticos procesos internos en las formaciones políticas participantes, con graves desgarramientos y poca democracia intra-partidaria, en sus procesos de postulación.

En este contexto, en aras de facilitar el cumplimiento de los partidos con la norma, la Institución se vio obligada a prorrogar va

rias veces los plazos establecidos, para el registro de los pactos de alianzas, y depósito de candidaturas, en desmedro del cronograma electoral.

Antecedentes

La población acudió masivamente a ejercer el derecho al voto en los pasados comicios.

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