La Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo aclaró este miércoles que no debe tomarse como prueba de inocencia, la decisión de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés) de retirar las sanciones en contra del empresario dominicano, Ángel Rondón, condenado por el caso Odebrecht.
Así lo advirtió Gabriel Hurst, portavoz de la Embajada estadounidense en el país.
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Hurst dijo, a través de un comunicado, que ese país norteamericano mantiene su preocupación por los casos de corrupción registrados en el país caribeño, así como las acusaciones en contra de Rondón.
“Como hemos expresado de manera consistente, los Estados Unidos siguen profundamente preocupados por la corrupción en la República Dominicana. Estamos dispuestos a apoyar al Gobierno de la República Dominicana en sus esfuerzos para combatir la corrupción y promover el Estado de Derecho”, cita el documento.
Señalados por USA
Rondón figura en la lista de personalidades dominicanas sancionadas desde Estados Unidos por supuestos vínculos con la corrupción administrativa.
Rondón fue sancionado mientras agotaba el proceso judicial por el caso Odebrecht. La empresa de capital brasileño habría admitido haber pagado sobornos para ejecutar obras de infraestructura en el país siendo Ángel Rondón el enlace.
La suma utilizada para los sobornos según la indicada empresa fue de 92 millones de dólares y se trató de un modo de operación aplicado en otros países de la región que, igualmente, se vieron compelidos a enjuiciar a congresistas y líderes políticos.
Al igual que Rondón, han sido sancionados el senador de la provincia San Juan, Félix Bautista, y el exprocurador Jean Alain Rodríguez, por sus vínculos con presuntos actos de corrupción.
El abogado Pancho Álvarez ha dicho que la ley de los Estados Unidos les da la facultad de una vez tomada la medida hacerla privada o divulgarse, “cuando ellos toman la decisión de hacerlo público es porque quieren enviar un mensaje más allá del sancionado”.
Las sanciones además de prevenir a los ciudadanos norteamericanos de hacer negocios con los señalados y de congelar sus cuentas, prácticamente les cierra las puertas al sistema financiero al nivel global.