Cada día es más común que especialistas de distintas ramas indiquen el estudio de resonancia magnética, esto se debe a que este permite tener una vista de cualquier parte, órgano o tejido interno del cuerpo sin necesidad de abrir quirúrgicamente.
La resonancia magnética es un estudio no invasivo de imágenes que se utiliza para observar los tejidos del cuerpo y detectar anomalías.
Es preferible someterse a esto estudio en un centro de salud, con personal médico y paramédico altamente capacitado, como es el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT).
El estudio diagnóstico se realiza a través de un resonador magnético, un moderno aparato que utiliza un campo magnético intenso, ondas de radio y una computadora para crear imágenes.
Según el físico alemán Herwin Speckter, gerente de Tecnología Médica del Cedimat, el resonador, por medio del campo magnético, va generando imágenes del interior del cuerpo, de cualquier orientación, dando al médico una descripción completa de las partes del cuerpo que se quieren observar.
La tecnología del resonador data de 1938, año en el cual el luego premio Nobel de Física, Isidor Rabi, realizó estudios sobre efectos de los campos magnéticos en los Estados Unidos.
La resonancia magnética se empezó a utilizar en 1972 en seres humanos para el diagnóstico médico, y recibieron el Premio Nobel en Medicina en 2003.
El experto dijo que el uso actual de la resonancia magnética en diagnóstico de salud fue analizado en el país en el marco de la XXXI Jornada Técnica Médica del CEDIMAt, actividad en la que expusieron 14 especialistas de República Dominicana y uno de México.
¿En qué consiste el estudio?
“Una resonancia magnética no causa ningún dolor, no se requiere pasar horas de ayuno, y como ya se dijo, es completamente no invasivo”, explica Speckter que labora en el Cedimat, centro que cuenta con modernos equipos de diagnóstico por imágenes.
Para realizársela, el paciente deberá ponerse cómodo, regularmente se viste de una bata clínica y debido a que el resonador tiene imanes muy potentes deberá quitarse todos los objetos de metal del cuerpo, como joyas, celulares, aparatos electrónicos, ‘pearsings’, y otros objetos vulnerables al magnetismo.
El técnico en imagenología que lo atienda, lo acostará en una camilla estrecha que lo pondrá dentro del resonador, y el paciente debe mantenerse lo más quieto posible para que las imágenes que se vayan tomando a lo largo del estudio no salgan distorsionadas.
El estudio dura entre 10 y 40 minutos, dependiendo de la extensión del cuerpo que se esté observando, durante ese tiempo el aparato produce ciertos sonidos repetitivos que son normales de su funcionamiento, y el paciente tiene un botón para llamar si se siente incómodo durante el estudio.
Una vez concluido el tiempo de observación, el paciente se puede poner sus joyas y usar los aparatos que había dejado sin ningún efecto sobre su salud o los aparatos electrónicos.