
A su llegada al país, en 1951, al italiano Renso Seravalle le tocó dormir y vivir por cuatro años sobre “millones de dólares en oro”, que aun eran yacimientos de la mina La Peguera en Pueblo Viejo, Cotuí.
“Me pasó como el rico pato Donald, que dormía sobre la moneda de oro”, narró con satisfacción el ingeniero civil que lleva cinco años como presidente de Casa de Italia.
Apenas tenía 16 años de edad cuando llegó, luego que su padre, un geólogo de profesión, vino aquí junto a otros colegas en 1949, y a partir de que le renovaron el contrato para continuar investigando la posibilidad de explotar el oro, le dieron la opción de traer a la familia completa.
