Raphy D'Oleo, empresario artístico
Por: Raphy D Oleo
Hay 3 categorías entrelazadas en el sentimiento humano que se anidan en nuestro interior y nos afectan profundamente en el nivel emocional. El rencor trae consigo la venganza y esta a su vez niega el arrepentimiento.
El rencor crea una animadversión hacia los demás por algo que nos ha afectado, pero no permite que podamos dilucidar si fue intencional o accidental. Esa hostilidad aleja de nuestro espíritu la sublime aura del perdón, lo que nos convierte en fieras ávidas de venganza.
Con la venganza comenzamos a sentir la negativa satisfacción que deriva del agravio o daño que recibimos y en vez de poner la otra mejilla como recomienda el apóstol Mateo (nombre que significa ¨el regalo de Dios¨), apostamos al ¨ojo por ojo y diente por diente¨; la ley del Talión, equivocadamente interpretada, ya que en vez de venganza nos enseña a frenar la violencia que domina el mundo de hoy.
El dolor que provoca un rencor guardado en el corazón, desemboca como río caudaloso en venganza, lo que dificulta la posibilidad de un arrepentimiento sincero. Este exige cambios en la manera de pensar, de actuar y de asumir responsabilidades. Por eso la condena a la reincidencia debería ser más fuerte que el hecho primario, porque el volver a hacerlo implica que no se pida perdón con sinceridad ni exista el ánimo de cambiar.
En el caso de los comunicadores Santiago Matías e Isaura Taveras, creeré en el arrepentimiento de Alofoke si realiza una reingeniería en su plataforma para apoyar y realzar lo mejor de su contenido, retirando el soporte que brinda a lo banal, insulso y soez. No basta con asumir la responsabilidad de sus actos, moralmente reprobables, sino se compromete a no repetirlos. Debe desechar las negatividades de su entorno empresarial y convertirse en paradigma de las positividades urgentes que requiere la parte de esta sociedad podrida y perdida.
