Con el inicio del segundo año del actual mandato del gobierno presidido por el presidente Luis Abinader, se han hecho muchos anuncios de iniciativas para continuar impulsando el desarrollo nacional.
Unas de dichas iniciativas es lo concerniente al tan careado Pacto Fiscal, como parte de un Pacto Social mas amplio, que incluya aspectos como la ley de seguridad social 87-01.
Por suerte el desatinado reclamo de la devolución del 30 % de los aportes a las cuentas individuales de pensiones ha sido ampliamente desmontado gracias a intervenciones como las acontecidas en programas como “Esto No Es Radio”, y en muchas otros en diferentes medios de comunicación.
Lejos de seguir timando la población con este desacertado reclamo, lo requerido es un mayor nivel de comunicación, información y explicaciones racionales que continúen despejando el mito que se quiso propagar.
¿Ello nos lleva a la realidad de que, si solo la mitad de los 4 millones de afiliados registrados están cotizando, y haciéndolo con serias interrupciones en el proceso de cotización, como incorporamos a la otra mitad de los afiliados y qué haremos con esa enorme masa de informales económicamente activos? ¿Y en adición a este dilema viene la pregunta de cómo podemos mejorar las pensiones que los cotizantes recibirán?
Cierto es que con el monto tan bajo que se cotiza, a pesar del aporte por más del doble que hace el patrono y los rendimientos obtenidos por la gestión de las AFP, la clave es cómo podemos mejorar las expectativas.
Comencemos por unificar los sistemas privilegiados e incorporarlos al sistema legalmente vigente, incluyendo las pensiones especiales otorgadas por el estado con el correspondiente aporte de capital para sustentarlas. Sigamos con crear las condiciones para disminuir la informalidad laboral.
Y finalmente procurar una base de cotizantes más amplia y con mayores aportes, que puedan gozar de una atención primaria en el tema de salud, acceso a seguro médico para pensionados y envejecientes, y cobertura de enfermedades catastróficas, incluyendo la agilización de las comisiones médicas.
Los demás son discusiones estériles, explotando el desconocimiento generalizado de un sistema el cual estamos obligados a mejorar, no destruir.