El Partido Revolucionario Moderno convocó a su militancia en todo el territorio nacional a primarias cerradas. Este torneo electoral perremeísta, del próximo pasado domingo 1 de octubre, siguiendo las legislaciones electorales, fue un montaje organizado por la Junta Central Electoral.
Dicho proceso tenía como objeto fundamental escoger los candidatos a directores de distritos municipales (con la excepción de 22 lugares, por contar con mayor extensión poblacional), regidores, vocales, alcaldes de Santo Domingo Este y Oeste y, fundamentalmente la selección de la candidatura presidencial.
En el actual sistema político dominicano, es el PRM el único partido que escogió la modalidad de primarias para seleccionar a quien encabezará su boleta en las elecciones generales del domingo 19 de mayo del próximo año.
La cita democrática vivida por los miembros del Partido Revolucionario Moderno ha encontrado a la organización en franco proceso de fortalecimiento y consolidación.
Desde su formación, en septiembre de 2014, el PRM, ha venido ganando espacio a través de una alternativa política renovada, con una dirección colegiada que reúne, en sus principales organismos, a líderes forjados por la experiencia y por la construcción de una dilatada carrera política, asimismo, con el complemento de nuevos perfiles que revitalizan el accionar del partido, estimulando la participación de jóvenes y las mujeres.
Reflexiones del proceso
De un padrón de 3,086,136 militantes, el PRM desarrolló su proceso convencional en el más armonioso ambiente. Con 5,149 mesas en 1,502 recintos electorales, entre las 8:00 a. m. y las 4:00 p. m., los perremeístas de todo el país acudimos a ejercer nuestro derecho al voto. En los centros donde se realizaba esta fiesta democrática se respiraba entusiasmo y compromiso, en un manifiesto desafío a las altas temperaturas y a las largas filas.
El resultado, dado a conocer breve tiempo después del cierre de los colegios electorales, sorprendió no sólo al país político, sino a los ciudadanos más políticamente escépticos.
Habiendo contabilizado el 100 % de las mesas computadas, se emitieron 1,026,047 de votos, en un certamen que ha creado un nuevo referente en la historia democrática de la República Dominicana.
Cuando habló sobre un nuevo referente, me refiero a las características distintivas del proceso en mención, y que me permito compartir con los amables lectores: una sólida votación en modalidad cerrada, sólo para miembros del partido, teniendo como referencia reciente el proceso de 2019, donde la participación alcanzó poco más 300 mil militantes; una demostración de civismo, orden, sin evidencia de contratiempos, ni discrepancias entre compañeros; una votación limitada a nivel de directores de distritos, vocales y regidores; en otras palabras, sin presencia de alcaldes (con la excepción de 2 de 158 municipios que conforman la territorialidad municipal), sin presencia de diputados ni senadores; el nivel presidencial, sin la reñida competencia de eventos del pasado; en fin, una demostración de fuerza, de entereza y madurez política de la dirigencia, desde la estructura de base hasta la Dirección Ejecutiva, como máximo organismo de dirección del PRM.
Luis y los retos
El compañero presidente Luis Abinader se ha formalizado como nuestro candidato presidencial. Este nuevo compromiso lo coloca, por tercera vez consecutiva, partiendo de la elección de 2016, como la principal figura electoral de la organización de cara a los comicios del próximo año.
Para ese compromiso, pactado para mayo, la oposición luce en dispersión, realizando ingentes esfuerzos por materializar una alianza que permita abrir expectativas de una posible competencia más equilibrada y proporcional frente al líder del partido de gobierno.
En su condición de jefe de Estado, mientras agota los últimos meses del actual periodo constitucional, en medio de desafíos globales, del latente problema haitiano, de los temas domésticos que más afectan a los dominicanos, el presidente Abinader desarrolla su agenda de construcción de obras, su eficiente política social, estimula a los sectores productivos nacionales, sigue atrayendo inversión extranjera y, especialmente, profundiza su ambiciosa política de expansión económica en el sur, con el proyecto de Pedernales. Estos constituyen retos de corto y mediano plazo para su administración.
PRM: presente y futuro
Sin dudas, el resultado del proceso perremeístas del pasado fin de semana ha sido ampliamente debatido y, a su vez, ha descolocado a los críticos más acérrimos, que no hallan una argumentación lógica que permita contrarrestar lo que a todas luces se convirtió en un hecho memorable para la política dominicana reciente.
El Partido Revolucionario Moderno, como joven organización del sistema, acumula en su haber una obra de gobierno, en desarrollo, mayoritariamente reconocida a juzgar por las evidencias manifiestas en estudios sociales y de opinión; proyecta y consolida liderazgo adaptado a las exigencias y a la visión de una sociedad moderna e híper conectada como la nuestra.
El PRM, como plataforma política que sustenta las aspiraciones de un candidato que, por demás, ejerce la función de presidente, siendo ético, transparente y eficiente, deberá ampliar su política de apertura, de formación de sus miembros y de adaptación a los constantes cambios que experimentamos como país, como la forma más expedita para consolidar su presente y proyectar su futuro.
Por todo lo expresado anteriormente, tenemos que convenir que, con Luis y el PRM, ¡volveremos a ganar!
*Por Roberto Ángel Salcedo