¿Quién pagaría US$277 mil por un vestido? La respuesta está en Chile

¿Quién pagaría US$277 mil por un vestido? La respuesta está en Chile

¿Quién pagaría US$277 mil por un vestido? La respuesta está en Chile

SANTIAGO, Chile.– Santiago de Chile no suele asociarse a París, Milán o Nueva York cuando se habla de moda, pero Jorge Yarur, que esta semana pagó 277.000 dólares por un vestido de Lady Di, podría cambiar eso, al menos entre los cada vez más numerosos coleccionistas y museos dedicados a la moda.

Heredero único de una familia chilena de origen palestino que hizo fortuna en el textil y la banca, Jorge Yarur se ha convertido en los últimos años en una de las presencias más destacadas en las subastas de moda. Nacido en 1961, inauguró en 2007 su Museo de la Moda en la antigua casa de la familia, en el acomodado barrio santiaguino de Vitacura.

Como es frecuente en estas instituciones, no cuenta con una colección permanente «por razones de conservación. Aún en condiciones óptimas, una prenda empieza a sufrir deterioro a los 8 o 10 meses de exhibición», explicó Hernan García, portavoz del museo.

El museo se dedica a las exposiciones temporales. En estos momentos presenta una del Mundial de fútbol de Chile 1962, a la que seguirá otra sobre los años 80.

El vestido recién adquirido de Lady Diana podría incorporarse a esta muestra a finales de año, explicó el vocero.

La princesa lució esa prenda en su primera aparición oficial en 1981 con el príncipe Carlos, un modelo de tafetán negro y escote palabra de honor que eligió la entonces profesora de guardería para presentarse en sociedad.

Los 277.000 dólares pagados por Yarur, con quien la AFP trató en vano de hablar, cuadruplicó el precio máximo estimado antes de la venta (50.000 libras).

«La compra del vestido tiene que ver con el interés de Jorge Yarur en todas las cosas de Diana», explicó García.

Su valor reside además en que «no es un vestido muy corriente entre la nobleza británica, por eso Jorge tenía particular interés». El Museo de la Moda de Santiago no revela, por razones de confidencialidad, el dinero gastado en los últimos años en adquisiciones, pero entre sus compras hay piezas de Marilyn Monroe y Lady Diana, así como diseños de valor de Jean-Paul Gaultier.

Yarur «ha establecido un museo de categoría mundial en Santiago de Chile», estimó la casa de subastas londinense Kerry Taylor Auctions, a quien adquirió el vestido de la princesa.

La colección del museo empezó a gestarse con parte del legado de sus padres, compuesto por vestuario y artes decorativas de las décadas de 1950 y 1960 y ahora ocupa varios subsuelos de la casa.

El Museo de la Moda de Santiago fue inaugurado en 2007, no recibe ayudas públicas y cuenta con 10.000 piezas.

A modo de comparación, el Instituto del vestido del museo Metropolitan de Nueva York ha tardado casi 80 años en acumular una colección de 35.000 piezas.

Estas instituciones se han multiplicado en las últimas décadas -sólo en Francia hay al menos 19- y han contribuido a dar rango de cultura a la moda, la casa Chanel fue en 2005 objeto de una exposición en el Met comparable a las dedicadas a Picasso.

Las principales casas de subastas cuentan con departamentos dedicados a la moda que combinan en sus ventas las prendas de celebridades con los diseños históricos.

Cuando una prenda reúne ambas cosas, los resultados suelen ser espectaculares. «Los vestidos llevados por celebridades en los Oscars encarnan la perfecta combinación de diseñador, prenda histórica, y procedencia célebre, y alcanzan siempre los mayores precios», explicó Pat Frost, la directora del departamento de moda y textiles de Christie’s.

Eso explica los 800.000 dólares pagados en 2006 por el vestido negro del diseñador Givenchy que la actriz Audrey Hepburn lució en la película «Breakfast at Tiffany’s», o los 1,2 millones de dólares a los que se remató el atrevido vestido con el que Marilyn Monroe le cantó «Cumpleaños feliz» al presidente estadounidense John F. Kennedy en 1962, en Nueva York.

Aviso para interesados: «compre sólo piezas que atraen miradas tanto como lo hicieron cuando fueron creados. Es un signo de que estarán de moda durante muchos años», precisó Frost. Talento para las compras no le falta a Yarur: «nuestro amigo chileno» tiene «buen ojo y sólo va a por lo mejor.

Y hace lo necesario para adquirirlo», decía ya en 2007 Pamela Parmal, curadora del Museo de Bellas Artes de Boston, en un artículo que el New York Times le dedicó a Yarur.



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