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¿Qué está pasando con nuestra memoria?

Se vive en una epoca de ‘scrolling’ constante, donde el flujo incesante de información mina la atención.
📷 Se vive en una epoca de ‘scrolling’ constante, donde el flujo incesante de información mina la atención.

SANTO DOMINGO.-Despertarse desorienta­do, buscar los lentes que están sobre la cabeza, per­der el celular en la carte­ra que llevamos al brazo o no encontrar las llaves del auto son situaciones que, más que anécdotas, se han vuelto la norma para mu­chas personas.

Vivimos atrapados en un ciclo ver­tiginoso, donde las distrac­ciones cotidianas y la so­brecarga de información nos impiden disfrutar del presente y afectan nues­tra capacidad de recordar. Pero, ¿es solo olvido o algo más profundo?

La doctora Marcia Casti­llo, experta en neurocien­cia, invita a reflexionar sobre esta problemática y describe un panorama, como causa y efecto, que mezcla el estrés crónico, el insomnio y la constante exposición a las pantallas como enemigos de nues­tra memoria.

Destaca: “Aunque el cere­bro una impresionante capa­cidad de almacenamiento -comparable a 2.5 millones de gigabytes según algunos estudios- esta ‘potencia’ no es inmune a los embates de la vida moderna”.

Costo de la era digital

La doctora Castillo señala que vivimos en una época de ‘scrolling’ constante, donde el flujo incesante de infor­mación de las redes sociales mina nuestra atención, por lo que esta falta de enfoque, sumada a un ritmo de vida marcado por la cronopatía (la obsesión por aprovechar el tiempo al máximo), con­vierte nuestras mentes en un terreno infértil para la me­moria.

“Nos bañamos pensando en el desayuno, desayuna­mos pensando en el tráfi­co y conducimos pensando en cumplir con la hiperpro­ductividad”, afirma Castillo, planteando que este ciclo interminable acorta nues­tra capacidad de atención y, como consecuencia, debilita nuestra memoria.

La mente en el caos

A pesar de su fortaleza, el cerebro no es solo un órga­no físico, sino también una construcción maleable, in­fluida por las vivencias y el entorno que, según Castillo, el estrés crónico, la falta de sueño reparador y la so­breestimulación sensorial contribuyen a su desgaste cognitivo progresivo. De esta manera, la memoria, al igual que un castillo de naipes, se derrumba bajo el peso de tantas distraccio­nes y presiones externas.

El mensaje de la especia­lista es claro: “Debemos detenernos, desconectar y permitirle a nuestra men­te el descanso y el enfoque necesarios para recuperar su capacidad de recordar. En una era donde todo pa­rece efímero, tal vez la cla­ve para una memoria más robusta esté en aprender a vivir en el presente y a va­lorar el tiempo como un recurso para el bienestar, no como una meta que nos devora”.

Concentración

Castillo indica que el cere­bro, como cualquier otro órgano, requiere atención y cuidado para funcionar de manera óptima, como una alimentación balan­ceada, clave para nutrirlo. Recomienda incluir ali­mentos ricos en omega-3, como pescado azul, semi­llas de chía y nueces, favo­rece la salud neuronal.

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