Las protestas contra la guerra en Gaza se expanden en algunas de las principales universidades de EE.UU. y las autoridades están recurriendo a la policía y la guardia nacional para desalojar a los manifestantes, arrestando a cientos de ellos.
Los estudiantes protestan contra la respuesta militar de Israel en Gaza -donde ya han muerto más de 34.000 personas- tras los ataques de Hamás del 7 de octubre que dejaron 1.200 fallecidos en territorio israelí y más de 200 secuestrados.
Piden a sus universidades que corten sus vínculos financieros con las empresas israelíes y extranjeras que se están lucrando con la guerra y que dejen de colaborar con instituciones educativas de Israel.
Las directivas de las universidades y las autoridades han acusado a los manifestantes de permitir expresiones de antisemitismo y de intimidar a los estudiantes de origen judío.
Han sido muchos los analistas y medios de comunicación que han comparado los enfrentamientos que se vieron esta semana durante el desalojo de las protestas en la Universidad de Columbia con los que se registraron en 1968 en esa prestigiosa universidad de Nueva York.
Ese año las protestas estuvieron motivadas por la ira por la guerra de Vietnam y los cambios en el reclutamiento militar que estaban haciendo que más jóvenes fueran llamados a servir en el ejército estadounidense
BBC Mundo habló con periodistas, activistas y escritores que vivieron las manifestaciones de 1968 para analizar los paralelismos con lo que está sucediendo en la actualidad.
Cronología de los eventos más impactantes de 1968
- Enero – Ofensiva del Tet: un amplio ataque sorpresa de Vietnam del Norte y el Vietcong contra EE.UU. y sus aliados survietnamitas.
- Abril – Asesinato de Martin Luther King Jr: el líder pacifista, defensor de los derechos de los afroestadounidenses y premio Nobel de la Paz es asesinado en Memphis, Tennessee.
- Mayo – Mayo francés: es el nombre que se le dio a una ola de protestas estudiantiles y huelgas obreras contra el consumismo, capitalismo, imperialismo y autoritarismo.
- Junio – Asesinato de Robert F. Kennedy: el precandidato a la presidencia de EE.UU., que abogaba contra la guerra en Vietnam, es asesinado en un hotel en Los Ángeles, California.
- Agosto – Invasión soviética en Checoslovaquia: tanques de la URSS y de 3 aliados del Pacto de Varsovia entraron en Praga para aplastar un movimiento de liberación.
- Agosto – Sangrientas protestas en la Convención Demócrata: miles de manifestantes son violentamente reprimidos por las fuerzas de seguridad en Chicago.
- Octubre – Masacre de Tlatelolco: el ejército de México dispara contra una concentración estudiantil que pedía reformas, dejando entre 300 y 400 muertos.
- Noviembre – Elección de Richard Nixon: el candidato republicano vence al demócrata Hubert Humphrey.
El marco de la guerra
En 1968 la guerra en Vietnam entró en su punto más crítico. En enero, las fuerzas norvietnamitas apoyadas por las guerrilla del Vietcong, atacaron las posiciones de Estados Unidos y sus aliados, penetrando hasta Saigón, la entonces capital de Vietnam del Sur.
El operativo se conoció como la Ofensiva Tet, por el año nuevo lunar. Aunque fue una derrota militar para las fuerzas comunistas del Norte, las imágenes del audaz ataque empezaron a cambiar la opinión del público estadounidense sobre la guerra.
El incidente reveló que el gobierno del presidente Lyndon B. Johnson, que había hablado de “una luz al final del túnel”, no tenía posibilidad de ganar la guerra y que había mentido al pueblo sobre la verdadera situación del conflicto.
“Eso fue lo que lo empezó todo”, le dice a BBC Mundo Kenneth Walsh, catedrático de la Universidad Americana en Washington DC, quien era un estudiante durante esa época.
“Al país le quedó claro que el enemigo no se iba a dar por vencido, que iba a haber muchas más bajas de fuerzas, tanto estadounidenses como comunistas, y muchas muertes de civiles”, expresa el también autor de varios libros y otrora corresponsal en la Casa Blanca.
Décadas más tarde, la incursión de milicianos de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre de 2023 estremeció al mundo, que se solidarizó con Israel.
Pero, tras meses de implacables bombardeos israelíes, la cifra de víctimas palestinas ha alcanzado una magnitud inimaginable hace seis meses, mientras la población gazatí vive al borde de la hambruna.
“Las imágenes que todos hemos visto de Gaza durante los últimos meses son de una respuesta israelí increíblemente desproporcionada”, opina el periodista Charles Kaiser, quien informó en el diario The New York Times y es autor del libro 1968 in America («1968 en Estados Unidos»).
“Seamos claros. Lo que hizo Hamás fue espantoso, asqueroso y horripilante”, dice Kaiser. “Pero es inaudito que Israel haya tomado este horrendo y terrorista incidente y lo haya convertido en una razón para (generar) el mayor odio contra Israel que yo haya visto en mi vida por la manera en que respondieron”.
Esta reacción negativa es la que ha alimentado las crecientes protestas en los campus universitarios de todo Estados Unidos, que muchos ven muy similares a las de 1968.
Las protestas estudiantiles
“Lo que sucede ahora es muy parecido a lo que tuvimos entonces. En el 68 los estudiantes tomaron los campus y los edificios universitarios en oposición a la guerra de Vietnam y cuestionaron las inversiones las autoridades administrativas en compañías con vínculos con (el aparato militar)”, señala Kenneth Walsh.
“Hoy en día, naturalmente, son otra serie de asuntos; el apoyo a los palestinos y la crisis en Gaza. Pero la razón central ahora como en 1968 es la rabia, el resentimiento y sensación de injusticia. Así que muchas de las cosas que están pasando en EE.UU. ahora nos llevan de vuelta a 1968, ese año tan tumultuoso”.
Sin embargo, Mark Kulansky, un activista de la generación del 68 y autor del libro 1968: The Year that Rocked the World («1968: el año que sacudió al mundo»), no cree que haya mucho en común entre las protestas contra la guerra de Vietnam y las actuales, tal vez con la excepción de lo sucedido en el Hamilton Hall, el icónico edificio administrativo de la Universidad de Columbia del que fueron desalojados esta semana los estudiantes a la fuerza.
“Los estudiantes tomaron el Hamilton Hall porque en el 68 los manifestantes también lo hicieron y están tratando de imitarnos”, afirma.
“La situación es completamente diferente. Nosotros enfrentábamos una guerra en la que nuestro gobierno nos estaba obligando a combatir y nosotros estábamos obstinados en resistir”, señala. “La guerra en Vietnam era algo que nos pasaba a nosotros, y los que protestan ahora saben que no van a estar involucrados en una guerra en Gaza”.
No obstante, el periodista Charles Kaiser, quien fue estudiante en Columbia a finales de los 60 e informó sobre posteriores protestas contra la guerra de Vietnam en esa institución, cree que las actuales manifestaciones deben ser elogiadas.
“De alguna forma estas manifestaciones son más sorprendentes porque no hay un elemento de riesgo personal, sino una postura por el impacto de las imágenes que han visto de Gaza”, dijo. «Estoy fuertemente a favor de cualquier protesta que, de manera no violenta, exprese su oposición a las tácticas israelíes. Creo que es lo más proisraelí que puedes hacer, porque la forma en que están llevando la guerra es completamente autodestructiva”.
Por su parte, Mark Kurlansky cree que las manifestaciones han sido contraproducentes y reforzado a quienes las están criticando. “Yo soy uno de esos judíos problemáticos, nunca fui un gran simpatizante de Israel y entre muchos nosotros había un movimiento muy opuesto al gobierno de Netanyahu”, reconoce.
“Pero ya nos hemos callado. Si ellos (los manifestantes) lo hubieran manejado de manera diferente, hubieran podido tener un movimiento judío y palestino contra la guerra”.
Charles Kaiser también advierte sobre las expresiones antisemitas escuchadas de boca de algunos manifestantes en Columbia y otras universidades. “Hago una gran distinción entre las protestas pacíficas y la gente que llama a la muerte de sus opositores”.
En cualquier caso, Kaiser condena la manera en la que muchas de las protestas han sido sofocadas a la fuerza por las autoridades, de la misma manera que sucedió en 1968.
“Como regla general, a no ser que estén interviniendo para impedir un estado activo de violencia, traer a la policía al campus siempre es un error, porque lo único que hace es enardecer más los ánimos y hacer que todos se atrincheren más en sus posturas”, señala.
“Mientras los manifestantes parecen haber estudiado los antecedentes de 1968 y recibido los consejos de sus mayores, los administradores actuales de las universidades no parecen haber tomado esas mismas precauciones, revisando los errores cometidos por sus antecesores”.
Año electoral en EE.UU.
El mundo estaba realmente convulsionado en 1968. No sólo se había consolidado la oposición a la guerra de Vietnam en EE.UU., sino que también había levantamientos estudiantiles en varios otros países, el más notable en Francia, con su Mayo del 68 o Mayo francés.
Además, había tensiones entre Occidente y los soviéticos. La URSS y algunos de sus aliados del Pacto de Varsovia invadieron con sus tanques a la entonces Checoslovaquia, llegando hasta Praga para deponer al líder reformista Alexander Dubček y reimponer el autoritarismo comunista.
En Estados Unidos, el líder pacifista y defensor de los derechos de los afroestadounidenses Martin Luther King Jr. fue asesinado. Unos meses después sucedió lo mismo con el candidato demócrata Robert F. Kennedy, hermano del asesinado presidente John F. Kennedy.
La sociedad estaba totalmente polarizada en EE.UU., con revueltas en decenas de ciudades. Entre todo ese caos, el debilitado presidente Lyndon B. Johnson anunció que no buscaría la reelección. La incertidumbre rodeaba las presidenciales que debían celebrarse en noviembre de 1968.
“En 1968, (el candidato republicano) Richard Nixon utilizó los levantamientos estudiantiles para proyectar la idea de la necesidad de reprimir el crimen y que los demócratas eran débiles con respecto a la ley y el orden y esa fue una razón por la que ganó las elecciones”, explica Kenneth Walsh, autor del libro The Architects of Toxic politics in America («Los arquitectos de las políticas tóxicas en EE.UU.»).
Ese es precisamente el argumento que está utilizando ahora el precandidato republicano Donald Trump contra el presidente Joe Biden. “Si lo que el país quiere es ley y orden y el tema del crimen se vuelve más prominente eso, en teoría, podría beneficiar a Trump. Así que ahí hay otro paralelismo con el pasado”, dice Walsh.
El resultado de las elecciones presidenciales de noviembre se proyecta apretado. Tanto Biden como Trump tienen fortalezas y debilidades. Charles Kaiser resalta que, a pesar de que no ha podido influir en cómo Israel conduce la guerra en Gaza, el presidente Biden está lejos de la posición debilitada que tenía Lyndon B. Johnson en 1968.
Lo que teme, sin embargo, es un potencial paralelismo con el pasado: la Convención Demócrata que ratificará a Biden como candidato presidencial del partido se llevará a cabo en la ciudad de Chicago, escenario de esa misma convención en 1968, que terminó en un violento enfrentamiento entre activistas antiguerra y la policía.
“Se está hablando mucho de replicar las manifestaciones universitarias en Chicago durante la convención y que, en 1968, resultaron ser una catástrofe política” para los demócratas, alertó.
“En 1968 el efecto final de todo eso, después del esfuerzo que hicimos para terminar la guerra, llevó al país en una dirección contraria cuando Richard Nixon se convirtió en presidente”, explicó.
“Si se produce un caos similar estimulado por los manifestantes antiisraelíes en las calles de Chicago, es posible que el resultado en 2024 sea la elección de Donald Trump”.