Productoras de chocolate nadan con el agua en el copete y lejos de la orilla

Productoras de chocolate nadan con el agua en el copete y lejos de la orilla

Productoras de chocolate  nadan con el agua en el copete y lejos de la orilla

Antonia Pérez habla de los méritos del vino, cocoa, chocolate, confites y crema de cacao de Yabón. Melania febles

SAN FRANCICO—VICENTILLO.-El director del distrito municipal San Francisco—Vicentillo tiene un quebradero de cabeza con una asociación de productoras con abundancia de materia prima para llevar adelante su trabajo, pero a las que se les ha terminado la gasolina.

José Ortega está convencido de la importancia de preservar una unidad productiva conocida en las provincias El Seibo y Hato Mayor por su larga tradición.

La Asociación de Mujeres Esperanzas Unidas languidece y para sacarlas de la condición a la que han llegado acaso sea necesaria una medida drástica, apoyo económico y asesoría comercial.

¿Y qué producen las mujeres asociadas de la comunidad de Yabón, nombre del lugar donde operan? Hacen chocolate amargo, cocoa, vino y manteca sobre la base de cacao orgánico producido en la comunidad.

Estos productos tienen un valor agregado “fácil” de promover en estos tiempos: el cultivo del cacao se hace de manera natural y la presentación y la producción del chocolate es artesanal.

Doce millones
El cacao es tostado en una de varias máquinas que les vendió el gobierno en el año 2013 como resultado de una “visita sorpresa” del entonces presidente Danilo Medina. Otra máquina lo muele y otra produce cocoa y manteca.

Les prestaron 12 millones de pesos para darle impulso a la asociación y conectarla con el prometedor mercado abierto por el turismo en la región Este. Con este propósito hermanaron la asociación con otra agrupación de la comunidad, pero de plantadores orgánicos, alrededor de los cuales había sido organizada la entonces denominada ruta del cacao.

Antonia Pérez está hoy al frente de la asociación al parecer de una manera precaria, como se desprende de sus respuestas cuando se le pregunta acerca del trabajo y la producción.

Y como todo lo relacionado con el dinero movido por la administración del ahora expresidente Medina se ha vuelto sospechoso, afirma sin que se le pregunte que no tocaron un centavo del préstamo recibido en el año 2013.
El dinero salió del Banco Agrícola y fue destinado a comprar unas máquinas suplidas por una persona desde San Francisco de Macorís a la cual identificó como Miguel Hernández.

Es cuanto; dinero en las manos, ni un centavo.
Los 12 millones de pesos alcanzaron para montar, también, una planta procesadora de agua. Pero la instalación de esta unidad no corrió por cuenta de Hernández, sino de alguien a quien la señora Pérez identifica como Eduardo Cid.

Como parte del proceso de apoyo les fue donado un camión, el cual utilizan hoy día para distribuir el agua, columna sobre la que se sostiene precariamente la Asociación de Mujeres Esperanzas Unidas de Yabón.

La peste
El año 2020, el de la declaración de la pandemia y el consecuente estado de emergencia, parece haberles sido bastante dañino.

Borró la dinámica empresarial en la que habían sido envueltas, acabó con el lazo de unión con la ruta del cacao y se llevó al gobierno de Medina. Los cambios políticos siempre tienen consecuencias, a veces desastrosas, para las pequeñas administraciones ayudadas por un presidente o partido político desde el poder.

Las administraciones nuevas no suelen creer en la ingenuidad de este tipo de asistencia económica en la que ven la política desnuda.

Como consecuencia, la única manera de preservar, no a las organizaciones, sino a los procesos puestos en marcha, suele ser cambiando las directivas y colocando a la cabeza a personas afines con la nueva administración. Parece surrealismo, pero es así.

Peor aún: cuando se palpa el estado de una iniciativa merecedora de un mejor presente, se puede considerar conveniente el rescate, así sea al precio de la intervención política.

Hay que pagar
De momento parece improbable que la asociación de las mujeres de Yabón pueda honrar el préstamo, en mora como otros facilitados por el gobierno en las condiciones del otorgado por sorpresa en esta comunidad.

Ante esta perspectiva, ellas abrigan la ilusión de que el gobierno, a través del Bagrícola, perdone la deuda. Tal vez sea de esa manera, pero antes ocurrirán cosas al interior de la Asociación de Mujeres Esperanzas Unidas que no parecen parte de la visión que tienen de su propia situación.

La visita de los periodista no fue una sorpresa. Estaba siendo organizada (producida, según la jerga) desde diciembre pasado y se concreto a mediados de enero sin mucho entusiasmo en San Francisco—Vicentillo, ¿por qué? Porque los procesos están paralizados, carecen de vida.

Les falta, sin duda, sangre nueva a la entidad pionera de este tipo de producción en el país, pero esta no será suplida con facilidad.

La asociación necesita un fuerte impulso para producir, poner los artículos en el mercado y tal vez conectar con Miches, el punto turístico llamado a dinamizar toda actividad en la provincia gracias a la turbina del turismo, y con la política, sin la cual a los emprendimientos sociales, les resulta difícil concretarse entre nosotros.

El director Ortega lo tiene claro, pero algo lo frena en la pelea. Hay un pasivo importante de por medio y acaso sea esta la razón principal, pero no la única. Pesa también una tradición de 50 años y estatutos en la base de la Asociación de Mujeres Esperanzas Unidas, incapacitadas para romper el cerco por sí solas.

Cacao orgánico

— Comer y medicarse
Entre los beneficios atribuidos al chocolate amargo y natural, como el producido en Yabón, está el de prevenir los males cardíacos, mantener bajo control la presión arterial y ser un estimulante del sistema inmunológico gracias a los flavonoides.

Buen producto y pobre presentación
Natural. El chocolate es amargo, lo empacan en bolsas plásticas cerradas con calor y aparte de de la falta de azúcar, para algunos imposible de consumir, es de una excelente textura a la hora de prepararlo gracias al procedimiento utilizado en su elaboración.

La máquina en la que tuestan y muelen el cacao le da esta uniformidad imposible de encontrar en otros productos de su tipo más visibles en el mercado.

También fabrican cocoa, manteca para usos cosméticos y vino, es decir, cuentan con la variedad para hacerse de un lugar en el mercado de los productos alimenticios orgánicos, naturales y saludables que hoy día atraen a tanta gente.
Algunas de las bolsas son transparentes. Deberían tener información sobre los beneficios del cacao.



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