Prince ofrecía ingresar a un mundo prohibido en su música

Prince ofrecía ingresar a un mundo prohibido en su música

Prince ofrecía ingresar a un mundo prohibido en su música

(FILES) This file photo taken on May 18, 2013 shows musician Prince performing onstage during the 2013 Billboard Music Awards at the MGM Grand Garden Arena on May 19, 2013 in Las Vegas, Nevada. Pop icon Prince died at his compound in Minnesota on April 21, 2016, a representative said. He was 57. "It is with profound sadness that I am confirming that the legendary, iconic performer, Prince Rogers Nelson, has died at his Paisley Park residence this morning," said his spokeswoman, Yvette Noel-Schure. / AFP / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Ethan Miller

Nueva York.- Prince no introdujo la sexualidad en la música, pero su juguetón carácter explícito y su manera de borrar los límites entre géneros sexuales llevaron este punto a otro nivel.

Sus canciones estaban tan llenas de sensualidad que un artículo satírico del periódico The Onion que circuló el jueves tras su muerte tenía algo de verdad: Los estadounidenses estaban demasiado tristes como para rendirle homenaje en la forma que él hubiera querido, sosteniendo relaciones sexuales llenos de entusiasmo.

Simplemente al ver su tercer álbum de 1980 se podía notar que alguien muy diferente había llegado al mundo de la música. Titulado “Dirty Mind” (”Mente sucia”), la portada lo mostraba con una tanga negra.

En el interior, en canciones como “Head”, “Sister” y “Do it All Night”, cantaba sobre el incesto, el sexo oral con una futura esposa y muchas cosas más.

Si Prince estaba expresándose sobre lo que estaba en su mente, tenía 21 años cuando escribió esas melodías. Durante una entrevista con la revista Musician en 1983, el músico habló de que creció demasiado rápido y que vivió en el sótano de la casa de un amigo cuando tenía 16 años.

Él tenía demasiada libertad, pero aún era joven; sobre lo que escribía era fantasía. “Cuando comencé a escribir, dejé de tener relaciones con mujeres”, dijo.

Su éxito de dos años después, “Little Red Corvette”, era una larga metáfora cargada de referencias sexuales. “1999” fue otro álbum súper cargado.

No es difícil imaginar qué es lo que hace que esté “Delirious” (Delirante). Y él no sugirió “Let’s Pretend We’re Married” (”Pretendamos que estamos casados”) para realizar largos paseos en la playa.

Para el momento en que apareció “Purple Rain” el mundo ya sabía quién era Prince. Él había escrito más canciones explícitas aparte de “Darling Nikki”, pero en esta ocasión Tipper Gore, una madre que residía en Washington, compró el álbum para su hija de 11 años y quedó impactada al escuchar una canción sobre una aventura de una sola noche con una mujer que el músico conoció mientras ella se estaba masturbando en el vestíbulo de un hotel.

“No pude creer lo que estaba escuchando”, dijo Gore, quien formó el Parents Music Resource Center (Centro de Recursos Musicales de Padres) y lanzó un esfuerzo que llevó a la colocación de etiquetas de advertencia en los álbumes. “Las letras vulgares nos avergonzaron a ambas.

Al principio quedé impactada, luego me enojé”, afirmó. El Prince que conocimos a través de su música veneraba a las mujeres hasta el punto de la obsesión.

Dos de sus portadas de álbum mostraban símbolos fálicos, uno como una flor cerca de una fotografía de un Prince desnudo colocada estratégicamente.

No obstante Prince no tenía miedo de estar en contacto con su lado femenino a través de su colorida forma de vestir y en una canción como “If I Was Your Girlfriend” jugó con los roles de género.

Telegrafió ambigüedad en su canción “Controversy” de 1981, donde el narrador pregunta: “¿Soy negro o blanco, soy heterosexual u homosexual?”.

Prince se apegaba al misterio, dijo Alan Light, autor del libro “Let’s Go Crazy: Prince and the Making of Purple Rain”.

Él no otorgó entrevistas cuando llegó a la cima de las listas de popularidad a mediados de la década de 1980 y fue la persona más famosa de la que la gente casi no sabía nada. “Él sabía muy bien qué era lo que obtendría atención y qué sería notado”, dijo Light.

“Y si él podía ser notado mientras añadía al misterio y las preguntas y las conjeturas, eso era una estrategia ganadora completa”. Cantantes de música soul como Al Green y Marvin Gaye estuvieron torturados por la relación entre el sexo y Dios, dijo.

Prince adoptó la espiritualidad y la sensualidad en igual medida, no viéndolas como incompatibles. En “Adore”, él cantó sobre escuchar ángeles divinos mientras sostenía relaciones sexuales.

Para una generación que creció con Prince, su música fue como encontrar un libro prohibido colocado atrás de la repisa.

En un ensayo de 2015 para Buzzfeed, Nichole Perkins escribió sobre cómo ella valoraba que muchas mujeres en las canciones de Prince amaban el sexo y eran más experimentadas que sus parejas.

“Yo esperaba que mis novios me permitieran llevar la iniciativa en ocasiones y expresar necesidad sin sentir vergüenza por ello”, escribió.

“Mi desilusión fue frecuente, así que regresaba a la música de Prince para soñar despierta”. El cantante Frank Ocean, quien es homosexual, dijo el jueves en las redes sociales que él valoraba algo más que la música de Prince.

“Él fue un hombre negro heterosexual que realizó su primera aparición en televisión con calzón de bikini y botas de tacón altas”, agregó Ocean.

“Épico. Me hizo sentir más cómodo respecto a la manera en que identifico mi sexualidad simplemente por su despliegue de libertad”.

A medida que Prince aumentaba en edad y se convirtió en un Testigo de Jehová, sus días en “Erotic City” prácticamente quedaron atrás.

No obstante, al escuchar “Breakfast Can Wait”, de 2015, donde el narrador y su amante optan por pasar la mañana en la cama, sin dormir, uno recuerda los días en que Prince tenía en mente una cosa muy específica.



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