Presión externa ha movido autoridades de RD contra capo César “el Abusador”

Presión externa ha movido autoridades de RD contra capo César “el Abusador”

Presión externa ha movido autoridades de RD contra capo César “el Abusador”

César Emilio Peralta cuando fue arrestado en Colombia, luego de escapar en RD. ARCHIVO

SANTO DOMINGO.-La intervención de terceros países fue lo que motorizó la persecución y captura del narcotraficante César Emilio Peralta, quien ha sido tratado con una especie de “mano de seda” por las autoridades dominicanas, lo cual le permitió accionar en sus actividades ilícitas por más de una década sin confrontar mayores dificultades.

Aún luego de que Estados Unidos forzara su persecución, “negligencias” y tecnicismos dominicanos continuaron favoreciendo al capo, conocido como César “el Abusador”, quien logró permanecer más de dos meses en Colombia moviéndose con libertad allá porque el Ministerio Público y la Dirección Nacional de Control de Drogas hicieron creer que estaba en territorio dominicano al realizar una serie de allanamientos en provincias del interior. Incluso, hasta después de su captura se dijo que el capo había estado en el país días antes de su caída.

Negligencia en escape
Las autoridades también mostraron negligencia al dejarlo escapar cuando se hicieron los allanamientos contra sus socios y propiedades, pese a que el capo estaba localizado y a la vista de todos en un popular hotel turístico del Este cuando supuestamente había la disposición de atraparlo.

Se le permitió pasar su fin de semana vacacionando y regresar a Santo Domingo, entrar a su apartamento junto a su familia y luego “desaparecer” justo cuando se dispuso ejecutar la orden de captura.

A “César el Abusador” se le atribuyen fuertes vínculos con sectores militares y políticos del país.

Luego de su extraño escape, también su captura fue gracias a la intervención de terceros países (Colombia en este caso), al margen de las autoridades dominicanas.

Sin ser interrogado

Fue detenido en Cartagena en una operación en la que solo participaron Colombia y la oficina del Marshall de Estados Unidos (dependencia del FBI), y pese a que su detención en la nación suramericana se ha prolongado más de lo previsto, las autoridades dominicanas no se han interesado en practicarle un interrogatorio que le permita desenmascarar a sus cómplices y a quienes le daban protección en el país.

La “buena suerte” de “César el Abusador” o la negligencia de las autoridades dominicanas permitió que este se moviera libremente en el país, pese a ser reconocido desde hace más de una década como narcotraficante, instalar una red de centros de diversión para lavar activos según consta en el expediente que le armó Estados Unidos; lograr escapar con facilidad cuando se decidió ejecutar una orden de captura dictada por disposición de las autoridades norteamericanas y permanecer prófugo hasta que el mismo Estados Unidos lo localizó en Colombia y se auxilio de las autoridades de ese país para su captura.

Prófugo está “sin orden de captura”

Justicia. Las autoridades dominicanas volvieron a quedar mal paradas con el caso de Boanerges Sánchez Nolasco, sindicado por el Departamento de Tesoro de Estados Unidos como uno de los miembros de la banda de César el «Abusador».

Su nombre fue divulgado por el Ministerio Público como un supuesto prófugo desde agosto pasado.

Sin embargo, una patrulla de la Dirección de Inteligencia Criminal de la Policía (DICRIM) lo detuvo durante una inspección ordinaria y al verificar que se trataba de uno de los sindicados como prófugos por el caso de César el Abusador procedió a su arresto.

Fue remitido a la Dirección Nacional de Control de Drogas que en menos de 24 horas dispuso su puesta en libertad alegando que en su contra no pesaba ninguna orden de captura.

Hasta el momento el Ministerio Público no ha explicado porqué no hay orden de captura contra Sánchez Nolazco si es uno de los señalados por Estados Unidos como parte de la banda de César el Abusador, ni porqué se abstuvo de formalizar su arresto luego de que éste fuera detenido.