SANTO DOMINGO.-Por los estadios del béisbol invernal dominicano han desfilado jugadores de múltiples nacionalidades, predominando los de Estados Unidos, América Latina y de países asiáticos, pero la presencia de peloteros alemanes se limita solo a cinco casos.

Hasta la temporada 2019-2020, apenas cuatro germanos habían accionado en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom), precisó a Efe el investigador y periodista Félix García Estrella.

Con la incursión en esa campaña del receptor Bruce Maxwell, con las Águilas Cibaeñas, se rompió la pausa de una década desde la actuación de otro jugador, nacido en Alemania, el lanzador Tobi Stoner, con los Leones del Escogido (2009-2010).

Agregó que otros tres lanzadores alemanes vistieron uniformes en torneos del béisbol dominicano, siendo el primero Mickey Scott, con las Estrellas (1969-70), jugando años más tarde para las Águilas, seguido por Tom MacCarthy (Águilas, 1988-89) y Dave Pavlas (Leones, 1999-2000).

«Los equipos de la Lidom deben expandir la contratación de jugadores de más regiones donde hay circuitos de béisbol, como Israel y Europa, para diversificar la competencia», sugirió García Estrella.

En su debut
En su debut en RD, Maxwell participó en seis juegos con las Águilas, disparó dos dobles, un sencillo y empujó cuatro. Para este recortado campeonato, regresó con los campeones nacionales y del Caribe, los Toros del Este.

Las naciones y territorios que, también, han visto a sus ciudadanos competir en el béisbol invernal dominicano son Aruba, Australia, Bahamas, Brasil, Canadá, Colombia, Corea, Cuba, Curazao, Estados Unidos, Filipinas y Honduras.

Maxwell nació en Wiesbaden, Alemania, donde su padre cumplía asignación del Servicio Militar Obligatorio en el ejército, pero creció en Huntsville, Alabama. Jugó con Alemania en el clasificatorio de 2016 para el Clásico Mundial de Béisbol de 2017.

Muy buena labor

— Con Acereros
Maxwell jugó para los campeones Acereros de Monclova en 2019, en la liga mexicana, bateando .325, 24 jonrones y 112 vueltas remolcadas.

*Por Ramón Feliz Lebrón