España es uno de los países de la zona euro con precios de combustibles más bajos y esta semana batió por segunda semana consecutiva el récord histórico del precio de la gasolina, mientras que el gasoil llegó al nivel de 2012 cuando el barril de petróleo se cotizó a 120 dólares el barril.
Ese es solo un ejemplo del impacto que está teniendo en el mundo el alza del precio del petróleo en el mercado internacional.
En República Dominicana esa situación lo que ha devenido es en discusiones estériles, que en nada contribuyen a abordar el problema de los altos precios de los combustibles, su impacto en las finanzas públicas y en los índices de inflación.
Congelar los precios de los combustibles locales le cuesta al Estado cientos de millones de pesos.
Sólo la semana pasada el financiamiento del Estado para mantener inalterados los precios de los combustibles fue de más de 300 millones de pesos, lo que afecta aún más un presupuesto de por sí deficitario.
Por las presiones sociales y políticas, probablemente el Gobierno continúe absorviendo las alzas, pero eso va en detrimento de otros programas e inversiones necesarias.
La inflación empieza a arrodillar a los gobiernos y a generar presiones sociales que no necesitan más agitación para ser explosivas.