Edilí Arias 
Santo Domingo.- En la era digital, los teléfonos móviles se han convertido en una extensión de nuestras vidas, permitiéndonos estar conectados en todo momento. Sin embargo, su uso durante las comidas puede tener consecuencias negativas para nuestra salud física y mental.
Varios estudios han demostrado que el hábito de utilizar el celular mientras comemos no solo afecta la forma en que disfrutamos de la comida, sino también nuestra salud en general.
Uno de los principales problemas asociados con el uso del celular durante las comidas es el impacto en la atención plena. Cuando estamos concentrados en el teléfono, es probable que no prestemos atención a lo que estamos comiendo.
Esto puede llevar a un fenómeno conocido como «alimentación distraída», donde los individuos no se dan cuenta de cuánto están consumiendo y, como resultado, tienden a comer en exceso. Un estudio de la Universidad de Purdue encontró que las personas que comían mientras usaban dispositivos móviles consumían más calorías en comparación con aquellas que comían sin distracciones.
Además, la alimentación distraída puede interferir con la capacidad del cuerpo para regular el apetito. Cuando estamos concentrados en una pantalla, no prestamos atención a las señales de saciedad que nuestro cuerpo envía. Esto puede resultar en un ciclo de sobrealimentación y, a largo plazo, contribuir a problemas como la obesidad y otras enfermedades metabólicas.
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Otro aspecto a considerar es el impacto social del uso del celular durante las comidas.
La interacción cara a cara es fundamental para establecer y mantener relaciones saludables. Cuando las personas se distraen con sus teléfonos, pueden perder la oportunidad de conectarse genuinamente con sus seres queridos. La comunicación es esencial no solo para fortalecer lazos emocionales, sino también para disfrutar de la experiencia de comer juntos.
Además, el uso excesivo de teléfonos móviles puede aumentar el estrés y la ansiedad. La constante exposición a las redes sociales y la presión de estar siempre disponibles puede generar sentimientos de agobio y ansiedad.
Durante las comidas, este estrés puede afectar negativamente nuestra digestión y bienestar general.
Por último, el uso del celular mientras se come también puede afectar la calidad de la dieta. A menudo, la alimentación distraída se asocia con elecciones alimentarias poco saludables, como el consumo de alimentos ultraprocesados y snacks.
Esto se debe a que la atención se centra más en la pantalla que en la calidad de los alimentos que se ingieren.
Promover hábitos de alimentación consciente, como dejar los dispositivos móviles a un lado durante las comidas, puede ayudar a mejorar la relación con la comida, fomentar conexiones sociales significativas y contribuir a un estilo de vida más saludable. Priorizar momentos de calidad sin distracciones es fundamental para disfrutar de una alimentación equilibrada y mejorar nuestro bienestar general.
