
Compartir:
A cada quien le atrae alguien por causas y motivos muy diferentes.
Y, para gustos, los colores… ¡y los olores!
Es de sobra conocido que el olor corporal influye a la hora de elegir pareja.
Y no hay que hacer muchos experimentos para tener claro que el mal olor ayuda a descartarla.
Evolutivamente y en diferentes especies, entre las que se incluyen los humanos, la pareja es elegida para complementar de un modo óptimo nuestros propios genes, especialmente los relacionados con el sistema inmune.
Con ello se pretende que nuestra descendencia sea resistente a más patógenos.
