Políticos, negocios y narcotráfico

Políticos, negocios y narcotráfico

Políticos, negocios y narcotráfico

German Marte

A los que les gusta mucho la plata
hay que correrlos de la política”,
José Mujica, expresidente de Uruguay.

El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (2014 y 2022), salió ayer de su casa con una gorra azul y mascarilla del mismo color y de inmediato, unos policías le colocaron un chaleco antibalas y procedieron a esposarlo de pies y manos, como a un vulgar delincuente.

Minutos después fue llevado a una unidad de la Policía Nacional donde estaría rindiendo su primera declaración preliminar, como parte del proceso judicial previo a la extradición.

El arresto de Juan Orlando Hernández se produjo después de que este lunes EE.UU. solicitara su extradición por narcotráfico, entre otros delitos. Su hermano, el exdiputado Tony Hernández, está preso desde el año pasado en una cárcel estadounidense tras ser hallado culpable del tráfico de 150 toneladas de cocaína desde Honduras hacia el norte de América.

Un vergonzoso final para uno de los políticos más corruptos de la corrompida derecha hondureña, que en 2009 prohijó el golpe de Estado militar contra el presidente Manuel Zelaya.

En Honduras era vox populi los vínculos del presidente Hernández y su hermano con el narcotráfico. Una parte de los militares estaban metidos en el negocio; mientras que otra parte reprimía a los grupos populares que exigían sus derechos.

Durante mucho tiempo, EE. UU. parecía no enterarse, pero finalmente extendió su larga mano y solicitó su extradición.

Este parece ser el destino de muchos políticos de nuestra América Latina, más empeñados en enriquecerse o aumentar sus arcas, que en servir. Por eso se involucran con mafias de toda laya, el narcotráfico es solo una.

En República Dominicana, por ejemplo, numerosos políticos de varios partidos, pero principalmente del entonces gobernante PLD, se confabularon con la empresa brasileña Odebrecht. El país perdió, pero ellos salieron multimillonarios.

La codicia y la prisa por hacerse ricos a cualquier precio, los ha llevado a perder el juicio. Y aunque tardía, la mano de la justicia habrá de alcanzarlos también en esta sufrida patria de Duarte.

Los políticos mediocres olvidaron las sabias palabras de ese ejemplo de humildad y honradez que es el viejo Pepe Mujica, cuando advirtió que quien tuviera como meta principal hacerse rico no debería dedicarse a la política.
Además de los implicados en el caso Odebrecht, los pulpos, corales, medusas y demás mariscos, faltan otros por caer en la red.

Tenemos diputados, exalcaldes, exsenadores, un exprocurador, tres generales activos y otros exfuncionarios civiles y militares tras la reja por implicados en casos de corrupción. Uno de ellos llegó al colmo de exigir que le pidan perdón.

Pero todos sabemos que faltan por caer mucho más de los que están. Sin embargo, para que haya justicia hace falta la movilización popular y la vigilancia ciudadana, de otro modo los corruptos de antes y de ahora se saldrán con la suya.

Tengo la certeza de que si nos mantenemos vigilantes, más tarde o más temprano a los políticos corruptos de aquí les espera un destino similar al del hondureño Juan Manuel Hernández: la condena, la cárcel y el repudio colectivo.



German Marte

Editor www.eldia.com.do

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