Podemos tener un mejor futuro

¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante? Entonces tu luz despuntará como la aurora, y tu recuperación brotará con rapidez; delante de ti irá tu justicia; y la gloria del SEÑOR será tu retaguardia.
Entonces invocarás, y el SEÑOR responderá; clamarás, y Él dirá: Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el amenazar con el dedo y el hablar iniquidad, y si te ofreces al hambriento… Isaías 58:7-9
Hay sentimientos que llegan a consumirte de impotencia, a no poder ayudar a los demás en sus necesidades básicas.
Mientras que otras naciones más pequeñas que la nuestra han superado sus necesidades básicas, nosotros, con un supuesto crecimiento económico envidiable, seguimos más pobres.
El dominicano no tiene seguras muchas cosas que son primordiales como comida, educación, vivienda, salud, vestido, etc.
Los que gobiernan la nación, los ricos, todos nosotros, debemos pensar seriamente y preguntarnos: ¿cómo están viviendo realmente mis compatriotas?
Dios hace un llamando a la nación dominicana a vivir una vida honesta y sincera, cuidar el uno del otro, de preocuparnos por los demás, no ser indiferentes ante la penuria del prójimo. No poner más yugo, que nos lleven a ser más pobres.
Sé que podemos ser una nación donde todos, ricos y pobres, tengamos un mejor futuro.