Tradicionalmente en los partidos se buscan candidatos vicepresidenciales que tengan bajos perfiles.

Ese cuadro fue roto cuando la actual vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández fue escogida como la compañera del presidente Danilo Medina para las elecciones de 2012 como fórmula de cohesión del Partido de la Liberación Dominicana, ya que ella venía del sector del expresidente Leonel Fernández.

Sin embargo, en el caso de Luis Abinader se presentaba una coyuntura muy especial para las elecciones presidenciales de mayo.

Es decir, se rumoraron nombres de posibles candidatos que iban a provocar mucho ruido durante toda la campaña electoral.

Tal es el caso de David Collado, actual alcalde del Distrito Nacional, y quien proyecta una figura política con sus propios matices, pero que no era el más idóneo en el actual proceso y con la posibilidad de que el Partido Revolucionario Moderno llegue al poder, ya sea en la primera o en la segunda vuelta.

También ocurría con Faride Raful y el senador José Ignacio Paliza, quienes tienen su trayectoria ganada como Collado, y serían focos de distracción tanto en la campaña como en el Palacio, en caso de ganarse los comicios. Sin embargo, Raquel Peña viene de un litoral fuera de la política y desde el mundo de la academia, que podría aportar sus conocimientos y experiencias a una gestión de Luis Abinader.

Mientras que Sergia Elena de Séliman es una conocida política que fortalece la figura del expresidente Leonel Fernández por su recorrido ganado en el Partido Reformista, lo que le permite al exmandatario vender una oferta que capte el voto conservador y de la mujer.