Pobreza
En sus múltiples viajes por Latinoamérica, el gran periodista polaco R. Kapúscinski describió en su libro “El mundo de hoy” que “la miseria es antisocial e insolidaria.
Una muchedumbre de miserables jamás se mostrará solidaria y los grandes problemas de esta zona es la debilidad del Estado, marcado por su represor pasado militar y la desigualdad social y étnica”.
Sabiendo que las tres cuartas partes de la humanidad viven en la pobreza. Para nadie es un secreto que la miseria desmoraliza, si un tercio de la sociedad como nos ocurre en el país, vive sumido en la indigencia, la sociedad entera esta desmoralizada.
Y estas son las razones de nuestro eterno atraso como nación. Cada gobierno que nos toca declama por los altoparlantes que utiliza en campaña que su principal objetivo es acabar con la pobreza dominicana.
Esa frase es ya un slogan de campaña tan similar al otro de “la lucha contra el narcotráfico”, sabiendo todos que son batallas perdidas por falta de una real voluntad de Estado y que en ambas confluyen intereses diversos para que nunca finalice esa eterna lucha.
En nuestro patio la pobreza no ha disminuido, sino que es más latente y la desigualdad social que vemos en las calles del país se ha acentuado. Las necesidades de la población aumentan, los sueldos son bajos (menos para los políticos) y los precios de los alimentos están disparados y no al alcance de cualquiera.
Continuamos timoneados bajo políticos que acumulan riqueza, una riqueza que no llega a la base ni al pueblo pero que depende del dinero que todos pagamos. Políticos a quienes no les importa nuestra pobreza, sino que la instrumentalizan para ganar elecciones. La educación pública no avanza, sino que se atrasa en un formato antiguo bajo maestros no siempre bien preparados.
Mientras nuestra educación continúe en mínimos e ínfimos resultados la pobreza de la educación nos arropará.
Mientras nuestros congresistas continúen jugando y despilfarrando dinero hasta por Semana Santa, para obsequiar un bonus extra del erario público bajo el alegato cínico de “habichuelas con dulce” más todas las dádivas que reciben, y mientras nuestro Presidente no se quite la venda de los ojos y reaccione con carácter frente a las situaciones más perentorias que tenemos en el país, disminuyendo la nómina pública y externa y tratando de paliar y mejorar los servicios de primera necesidad para el pueblo, pues continuaremos en la senda de la pobreza como nación.
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