No es un secreto que el área costera que se extiende desde Manresa, Güibia, hasta una zona de la avenida España, próximo al puente Juan Carlos, se convierte, de tiempo en tiempo, en un gran basurero.
Eso se pudo constatar con una jornada de limpieza hecha por empleados de varias instituciones públicas y privadas con motivo de conmemorarse hace poco el Día Internacional de Limpieza de Costas.
En la clasificación de basura pudo comprobarse que se trata de desperdicios sólidos muy resistentes a la degradación, como envases plásticos para el empaque de aceite de vehículos, vasos, platos, cubiertos, botellas y tapas de plástico que flotan y se desplazan por el golpe de las olas por todo ese litoral.
Uno de los principales activos del país está en la promoción del turismo de playa. Eso quiere decir que el trabajo de la limpieza en balnearios y playas no puede limitarse a un fin de semana.
Debe ser un trabajo constante, sistemático y tesonero, de lo contrario, una sola imagen de la basura acumulada terminará tragándose todos los esfuerzos e inversiones que se hacen con el interés de vender el país como un destino turístico seguro, limpio y confiable.