La contratación, construcción y financiamiento de las dos plantas a carbón en Punta Catalina se va convirtiendo en un gran reto para el Gobierno sostener su proclamada política de transparencia y ganarse la confianza de los dominicanos.

Hay muchas dudas que de no ser aclaradas a tiempo podrían dejar una mancha difícil de remover en la imagen pública de la actual administración.

Debe despejarse, más allá de cualquier duda razonable, lo relativo al costo de esas dos plantas y la idoneidad de la inversión.

México acaba de contratar a la empresa Iberdrola la instalación de 600 megavatios, solar y eólica (energía limpia), por 720 millones de dólares. ¿Cómo explicar que los 720 megavatios a carbón requieran una inversión superior a los 2,000 millones de dólares en República Dominicana.

De igual manera se debe despejar cómo se han financiado los alrededor de 1,200 millones de dólares invertidos hasta el momento, cuando a junio pasado sólo se tenía constancia de que la banca había desembolsado 270 millones.

Tampoco queda claro porqué se decide ahora venderle acciones de las plantas de Punta Catalina al sector privado, cuando estas mismas autoridades dejaron sin efecto en 2012 la licitación que estaba en camino para que el mismo sector privado construyera las plantas.

El esclarecimiento de estas y otras dudas representan un reto para el Gobierno poder mostrar su anunciado compromiso con la transparencia, especialmente si se tiene en cuenta que estamos frente al que parece ser el más importante proyecto de inversión de las dos administraciones del presidente Danilo Medina.

Las explicaciones técnicas y administrativas puede que sean convincentes, por lo tanto lo recomendable es que se den a tiempo, tomando en cuenta la gran cantidad de interrogantes.