Peste porcina africana

Peste porcina africana

Peste porcina africana

A finales de los años setenta, la llegada a territorio dominicano de la fiebre porcina africana obligó al gobierno de entonces a sacrificar casi toda la población de cerdos del país. Prácticamente desapareció el llamado “cerdo criollo”.

No se tardó mucho tiempo en restablecer la producción porcina, pero el daño económico a los porcicultores fue cuantioso.

De alguna manera no detectada aún, más de 40 años después República Dominicana vuelve a ser afectada por una enfermedad similar: la Peste Porcina Africana.
Al igual que en el pasado, la única solución recomendada por los técnicos es la eliminación de los cerdos en los focos detectados.

Por las informaciones iniciales recibidas, parece que la enfermedad ya está diseminada por todo el territorio nacional.

En estas circunstancias y para una relativa tranquilidad de la población, la enfermedad solo afecta a los cerdos y no representa peligro para la salud humana ni por el consumo de carnes de cerdo ni por el contacto con los animales.

Sin embargo el impacto económico será devastador para los pequeños y grandes productores de cerdos, una de las carnes más consumida en el país.
Se generará una presión adicional en la demanda de las otras carnes, por lo que podrían aumentar de precio.

Una nueva crisis pone a prueba la solidez de la economía dominicana.
Pero en lo inmediato se requiere de la colaboración de todos los productores para sacrificar los cerdos y detener la Peste Porcina Africana. Los cerdos afectados por la enfermedad morirán de todas maneras.

El Gobierno ha prometido pagar a precio de mercado los cerdos sacrificados. También se hace necesaria una respuestas para los productores a los que ya se les murió la producción.
La decisión es penosa, pero no hay otro camino que sacrificar a los cerdos y empezar un nuevo ciclo de producción.



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