La mayoría de las vivencias de este año 2020 han sido distintas, inesperadas, fuera de nuestro control y que nos han movido en cuerpo, mente y alma.

Muchos exclamarán: ha sido un año “difícil”, sin percatarse del verdadero significado que entraña esta palabra. Una definición, para mí certera, es: “Que requiere habilidad, esfuerzo, mucho trabajo e inteligencia especial.

Si nos detenemos un minuto para hacer silencio interior, descubriremos que tenemos la habilidad de reenfocarnos, de poner en orden lo urgente y darle prioridad a lo importante, de valorar quienes somos, tenemos y hacemos, de dar gracias por todo y por todos los que estamos, los que estuvieron y los que estarán.

Nos hemos esforzado en seguir adelante, en caminar en lo incierto, en confiar, en rediseñarnos, en crear lo inimaginable para el bien de todos. Hemos servido de apoyo y nos hemos dejado apoyar para poder comprender nuestra fragilidad humana y abrazar nuestra fortaleza divina.

¿Mucho trabajo? Sí. Muchas horas sin dormir también y horas extras en incertidumbre. Sin embargo, hemos requerido trabajar en la reconciliación familiar, en el perdón, y hemos aprendido a poner sanos límites, respirando profundo muchas veces y practicando la paciencia, descubriendo nuestras sombras y luces junto a las de los demás.

Se requiere de inteligencia especial, disponible en todos nosotros, para aprender a ver el todo y no los fragmentos, para que seamos buscadores de amor y no de faltas, para valorar la salud física y mental así como la paz interior, para que nos acompañemos en el alma liberándonos del miedo.

Somos seres maravillosamente inteligentes y con la virtud de volver a elegir. Elijamos ver la vida con espíritu positivo, aprendamos a ver a los demás y a nosotros mismos como la luz que somos y no la pantalla con la que nos cubrimos.

zElijamos ser transparentes, compartir nuestras experiencias y aprendizajes.

Ante todo, gratitud presente, pues este es el único tiempo que existe y podemos elegir amar, ser empáticos, disfrutar de lo que existe y no enfocarnos en lo que creemos que falta. “Gracias” es la palabra mágica en estos tiempos.

Transformación

— Reglas del cambio
Debemos recordar que, aunque no siempre elegimos las circunstancias de nuestra vida, sí escogemos la respuesta que damos, que puede ser de paz en vez de conflicto, de amor en vez de temor, y de perdón en vez de juicios.

*Por Zaidy Di Franco