La Autoridad Metropolitana de Transporte debe buscar el mecanismo para eliminar la mala percepción que tienen los ciudadanos de que los tapones son provocados por sus agentes.
En la mayoría de los casos, ocurre por una mala formación de los miembros de la institución, como ocurre en la avenida República de Colombia, donde el tránsito fluye con mayor facilidad cuando funcionan los semáforos en total normalidad.
Los conductores y pasajeros presumen que hay agentes de la Amet cuando hay largas filas de vehículos en cualquier vía pública, por lo que se pide la Amet defina una alternativa para agilizar el tránsito, principalmente en las horas pico.
Sin embargo, el Estado no ha tenido la visión de definir una clara política de transporte, por cuya razón el caos y el desorden han implicado pérdidas en cuanto a inversiones, dinero y en tiempo para la productividad.
