Me pregunto si la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca) trabaja realmente o es un arete, o accesorio más de este gobierno.
Respondo yo misma, ¡cómo podemos esperar esclarecer y hacer justicia en los distintos y altisonantes casos de corrupción que se han producido si este mismo gobierno controla todo el aparato judicial del país!!. Es decir, entre ellos mismos, compañeros de partido, ¿se juzgarán? No. Lo demás es solo circo y piñata.
Los casos de corrupción en este país son tan variopintos que se tapan cada día con otros nuevos. Hoy surge un nuevo caso por investigar, pasa el tiempo y nada se sabe.
Denuncias van y vienen. Mañana surgirá otro y pasará igual. A algunos jueces en este país, incluida la Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso se les detiene el carro judicial cada vez que intentan ir más allá del borde que se les tiene permitido.
Y otras veces justifican tanto lo injustificable que todo se queda en meras declaraciones a la prensa. Siento que tienen las manos amarradas, quisieran hacer, pero no hacen o simplemente no los dejan hacer.
Dictadura total. Y hasta el Procurador quedó muy mal parado con el caso Bautista y una sociedad que aún espera, si es que espera algo, una digna y real resolución en uno de los tantos casos harto conocidos de un corrupto que es funcionario público (todos le pagamos) y compañero de partido. Vergüenza!
La Justicia es peor cada día. Maniatada y comprada por el partido de gobierno desde hace quince años, solo defendida por un grupo de pagados papagayos que se creen periodistas. Un gobierno corrupto que ampara y protege a esos compañeritos que tanto les ha dado a cada uno.
En ese sentido, uno se cuestiona, ¿nunca será interrogado el expresidente Leonel Fernández por barbaridades cometidas y amparadas por él que se han conocido con el tiempo? Fernández fue el artífice de todo lo que vemos hoy, y de este río desbordado de corruptela, de un Estado ocupado por una mafia llamada PLD que le hace un flaco favor a nuestra dichosa democracia.
La Pepca, al igual que otras tantas instituciones del Estado, no es más que un arete, un accesorio mal puesto, que sirve de pantalla de “lucha” contra una corrupción manida dentro de una sociedad anquilosada y pasiva.
Continuarán los casos de corrupción. Ya no sorprenden. La sociedad seguirá inerte…….