Santo Domingo.- Semanas atrás, la entidad estaba en desacuerdo con la vacunación a este segmento de la población. Sin embargo, entiende que ahora que han cambiado las condiciones sanitarias del coronavirus es tiempo de fijar una posición acorde con los intereses del país.
La Sociedad Dominicana de Pediatría favorece la vacunación en niños menores de 5 a 11 años ante la ola de contagios causada por la variante ómicron.
La entidad científica aclara que la posición sobre la vacunación va acorde con los intereses sanitarios del país en este momento y la nueva coyuntura creada por la quinta ola de contagios de coronavirus.
Precisa que semanas atrás la tasa de positividad de covid-19 era de 14.8 por ciento y en la actualidad es de 39.9 por ciento.
Igualmente, la Sociedad de Pediatría aclara que su posición no incluye recomendación sobre la aplicación de ninguna de las marcas comerciales disponibles en el mercado y observa que su rol se limita a los escenarios médico-científicos y nunca favorece marcas comerciales en casos de vacunas, medicamentos, procedimientos y otros productos y servicios del mercado.
“La variante ómicron ha provocado una alta proporción de niños hospitalizados en países como Estados Unidos, así como establecimientos de salud saturados”, precisó, en un comunicado elaborado tras un consenso entre las filiales nacionales de esa sociedad científica, sus capítulos y el Consejo de Pasados Presidentes.
Observó que en el país hay una positividad diaria que supera el 35 por ciento con un incremento paulatino de tasas de ocupación hospitalaria.
Reconoce la poca disponibilidad de espacios de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y salas clínicas para el ingreso de niños y adolescentes, ante el eventual escenario ya descrito, recomendamos las siguientes medidas.
En ese sentido, sugiere proceder a la vacunación con vacunas recomendadas y apropiadas para este grupo de edad, disponibles en este momento.
Recomienda priorizar, en primer lugar, “aquellos niños con factores de riesgo que pueden evolucionar a cuadros graves de COVID–19, como: obesidad, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardíacas, renal crónica, pulmonares (incluyendo asma), trastornos músculo esqueléticos, afecciones del neurodesarrollo (parálisis cerebral), falcemia, condiciones genéticas, inmunosupresión o cáncer, entre otras”.
De igual modo, estricta fármacovigilancia con informes periódicos en el tiempo ya establecido y de fácil acceso al público.
También incrementar los espacios para el manejo de pacientes COVID–19 pediátricos en más establecimientos de salud públicos y privados, así una estrategia para lograr mayores promedios de vacunación de adolescentes (12 a 18 años) y adultos no vacunados o no reforzados, por ser ellos fuentes de contagios en niños.
“Reiteramos que a todos los niños les sean actualizados sus esquemas de vacunas propias para cada edad, porque ellas son las herramientas más poderosas de la salud pública global. Además de garantizar las medidas rutinarias de bioseguridad como son: el uso de mascarillas en mayores de 2 años, distanciamiento físico, lavado frecuente de manos, evitar aglomeraciones, espacios cerrados o con deficiente ventilación, acceso a medicamentos para el manejo de casos y a las pruebas de COVID-19”.
Las consideraciones emitidas en este comunicado han sido consensuadas con nuestras filiales nacionales, capítulos y consejo de pasados presidentes.