Parquéate ¿Dónde?

Parquéate ¿Dónde?

Parquéate ¿Dónde?

Víctor Féliz

*Por Víctor Féliz Solano

Debido al modelo de desarrollo imperante en el país, las poblaciones se concentran en las ciudades más prósperas despoblando con esto, al resto de la media isla. Es cuestión de subsistencia y de buscar mejoría económica. No es fortuito que todo dominicano quiera estar en la capital o cerca de ella. En el Cibao, se procura estar en Santiago de los Caballeros.

Este ritmo se ha acelerado en los últimos 20 años y ha sumado al descontrol que impera en el ordenamiento del territorio, cifras importantes y muy determinantes que han contribuido al colapso del tráfico y a la movilidad urbana.  No debemos dejar de lado la creciente incorporación de extranjeros indocumentados al mercado laboral y al comercio informal, sobre todo, que reflejan un frenesí que simula crecimiento económico. Decimos que lo simula, pues la informalidad con que se maneja este segmento está estrechamente ligado a la ilegalidad, impidiendo esto que las arcas impositivas del estado reciban lo que realmente le corresponde.

Ya hemos tocado el tema del tránsito anteriormente, tanto a través de esta columna como en nuestro espacio Municipalidad Global, y hemos visto las cifras tan alarmantes que indican el crecimiento descontrolado del desarrollo urbano y suburbano en el Gran Santo Domingo; lo que ha llevado al colapso todo este tema del tráfico y la movilidad.

Pero si bien es cierto, que moverse es sinónimo de estrés en las calles de la ciudad, no es menos cierto que encontrar estacionamientos es como confesarse con el mismo demonio. No hay grúas ni lugar a donde llevar los vehículos que se remuevan por estar mal estacionados, pues serían decenas de miles. No olvidemos que tenemos alrededor de un millón de vehículos moviéndose en el GSD (sin las motocicletas) y esto demanda donde estacionarse.

Hace 8 meses que el gobierno nacional anunció la construcción de tres grandes espacios destinados a estos fines en el Distrito Nacional, la metodología utilizada sería bajo la modalidad de alianzas público-privada, con lo que se pretende darle sostenibilidad financiera en el tiempo a estas inversiones. Estaría por verse el rango tarifario que sea atractivo al usuario y obviamente que tan decidido estaría el órgano rector del tránsito urbano en aplicar la ley y reglamentos a aquellos que decidan seguir violándolas.

En este tiempo que ha transcurrido únicamente hemos podido apreciar la puesta en operación del que esta ubicado en la zona colonial, que en honor a la verdad y para hacer justicia, estaba listo antes del anuncio del gobierno, salvo algunos que otros detalles de terminación y el tema de la adjudicación.

Lo preocupante del tema no es solamente seguir observando el ritmo de las licitaciones, así como el criterio para adjudicar este magnífico negocio, que por demás es de vocación municipal, sino que dicho anuncio sólo envuelve la cantidad de 2,109 espacios para parqueos, incluyendo motocicletas, bicicletas, vehículos de carga y por supuesto automóviles.  A una ciudad, donde si sumamos las motocicletas llegaríamos a 2 millones de unidades en el tráfico, habilitarle esta irrisoria cantidad de espacios para parqueos estaríamos entonces, dándole una aspirina a un derrame cerebral.

La medida podría ser más efectiva si la complementamos con un estricto procedimiento para permisos de uso de suelo, así como, implementar bajo el amparo de las leyes, que los establecimientos comerciales, clínicas, etc. actuales cumplan con la densidad que se exige por la cantidad de locales que poseen, obligándoles, en algunos casos, a adquirir solares o propiedades adyacentes para ajustarse a las normas, entre otras medidas.



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